Reparto: Asa Butterfield, Harrison Ford, Abigail Breslin, Ben
Kingsley, Hailee Steinfeld, Viola Davis, Suraj Partha, Moises Arias, Jimmy
'Jax' Pinchak, Aramis Knight, Brendan Meyer, Conor Carroll, Khylin Rhambo,
Brandon Soo Hoo, Nonso Anozie
Valoración: 3 / 10
<<¿CREEIS
QUE ES UN JUEGO?>>
Por
Lucía Pérez García
Según
Karl Groos, el juego es un modo de practicar o ejercitar los instintos antes de
que estos estén completamente desarrollados, considerando como los más válidos
aquellos que se relacionan con las actividades adultas, de las que cada niño es
un predecesor.
El juego de Ender
encaja bastante bien dentro de esta definición, aunque llevándola un poco al
extremo. Aquí los niños son separados de sus familias y reclutados en una
escuela militar espacial para ser entrenados como los futuros salvadores del
mundo; un mundo que, como muchos de los mundos futuros cinematográficos, está
siendo atacado por una especie extraterrestre conocida como los insectores. En
la escuela son adiestrados en las tácticas militares espaciales pertinentes a
través de un simulador en el que, a modo de videojuego 3D, los niños “juegan” a
hacer lo que deberían de hacer los adultos.
Lo
que en un principio podía ser una película de aventuras para niños llena de
escenas espaciales y bichos gigantescos y babosos, termina siendo una especie
de moralina aburrida y bastante cuestionable desde el punto de vista ético en
la que el público infantil no tiene cabida y el público adulto casi que más de
lo mismo.
Frases
como: <<No me gusta obedecer a nadie solo porque se mi superior>> o
<<Cuando acabe la guerra podremos discutir la moralidad de nuestros actos>>,
abundan dentro de un guión donde hasta el acto más extremo, más aun si lo
comete un niño, es perdonado si ayuda a ganar la guerra. ¿Cómo se puede disculpar
a un niño por haberle hecho daño a un compañero y encima echarse la culpa a uno
mismo por haberle dejado solo? ¿De verdad pegarle una paliza al de la cama de
al lado es una estrategia para evitar futuros ataques? Aquí lo único que
importa es ganar, el cómo es secundario.
Fuera
de todo este fondo más que cuestionable, la película tiene sus virtudes, aunque
a mí no me han ayudado a superar el sopor. Harrison Ford siempre es una baza,
aunque esté toda la película encerrado en una habitación vigilando a los niños
en plan Gran Hermano, y Asa Butterfield (El
niño con el pijama de ratas, La invención de Hugo) hace un buen papel, tan
bueno que termina por caerte antipático. Las escenas ingrávidas y los planos
espaciales están bastante conseguidos, pero después de Gravity ya nada es lo mismo.
De
la adaptación no puedo opinar porque no he leído la novela de Orson Acott, pero
visto lo visto, me parece que no voy a entrar en el juego de Gavin Hood. No entré con Lobezno, los orígenes, y no voy entrar ahora. Se supone que los
juegos deberían ser divertidos…
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