Reparto: Ryan Gosling, Kristin Scott Thomas, Vithaya
Pansringarm, Rhatha Phongam, Gordon Brown, Tom Burke, Sahajak Boonthanakit,
Pitchawat Petchayahon, Charlie Ruedpokanon, Kovit Wattanakul, Wannisa Peungpa,
Byron Gibson.
Valoración: 6.5 / 10
RYAN, EL IMPASIBLE, GOSLING
Por Lucía Pérez García
Si
la mirada es el espejo del alma, Ryan Gosling es un ser desalmado. Los ojos siempre abiertos, apuntando
fijamente al infinito, escarbando en lo más hondo, apuñalando lenta y fríamente
todo aquello que se refleja en sus pupilas. Sus frases se cuentan con los dedos
de una mano. Pero no le hace falta hablar. Es su expresión, o mejor dicho, su
inexpresión, la que lo dice todo y nada. Su rostro eternamente impasible es la mismísima
encarnación del efecto Kuleshov.
Su
personaje, Julian, es un ser enigmático del que poco sabemos más allá de los que
cuenta su madre (Kristin Scott Thomas) –una
mezcla malvada entre Donatella Versace y
Marlen Dietrich- y de lo que nos dan a entender sus ya consabidas miradas, sus gestos
y sus movimientos minuciosamente estudiados. Lleva el mal dentro, muy adentro.
Pero entre tanta criatura diabólica, el más perverso pasa desapercibido.
Si
en Drive Refn daba rienda suelta a la
violencia descarnada, aquí la sublima. La atmósfera perennemente roja nos
introduce en los lugares más bajos, aquellos que lindan con el infierno; la
música nos pone los pelos de punta; los movimientos lentos, muy lentos, nos
intimidan; las miradas fijas de los personajes -casi estatuas- nos inquietan y
la frialdad con la que son todos son capaces de torturar y quitar la vida nos
aterra. En Drive había algo de
compasión. Los actos más bajos estaban justificados por buenas intenciones -si
es que el fin justifica los medios-, pero aquí no hay nada de eso, esto es la
violencia por la violencia. No hay una reflexión anterior ni hay
remordimientos. El dolor ajeno no existe, no duele. El rojo de la sangre es un
elemento más del decorado; los ríos de lava de un averno de neón.
Es
dura. A veces inexplicable e incomprensible. Es difícil de digerir. Pero no te
deja indiferente. No puedes decir que te encanta, pero tampoco puede decir que
no te gusta. No sabes si la volverías a ver o si es mejor olvidarla, pero no
has despegado los ojos de la pantalla ni siquiera en los momentos más violentos.
La verdad es que tengo muchas ganas de verla, me encanto "Drive" ¿Me la recomiendas?
ResponderEliminarPor cierto gran blog, yo también tengo uno, pásate si quieres: http://eldiariodeuncinefilo.blogspot.com.es/
Si tengo que elegir, me quedo con Drive. Teniendo cosas en común son distintas. Esta se disfruta de otra manera. Más que la historia en sí, es la forma en que está hecha. Es de esas películas que te hipnotizan y no sabes porqué. A lo mejor es un poco difícil de digerir, pero yo la recomiendo totalmente. Ya me contarás.
ResponderEliminara mi no me hizo mucho chiste, no me creo al muchacho, menudo jeto de alerdao jaja
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