Por Lucía Pérez García
Así se ríe Timur Bekmambetov de la novela de Lewis Wallace. De un ladrillo involuntario traspasado por una flecha revolucionaria. Del amor fraternal. “Muy progresista”. Dice Judá. Los guionistas, Keith R. Clarke y John Ridley (ganador de un Oscar por 12 años de esclavitud), también se ríen.
Ju, Ju, Ju.
El director de Abraham Lincoln: Cazador de vampiros (2012) se ríe del que nos dejó: La loba (1941), Los mejores años de nuestra vida (1946), La heredera (1949), Vacaciones en Roma (1953), Horizontes de grandeza (1957)... y el Ben Hur más grande la historia. Se siente elegido por alguna divinidad. Seguramente romana. Seguramente la más pagana de todas. Se siente capaz porque -¡Atención!- en su momento dirigió el remake de una tal The arena (Steve Carver y Joe D'Amato, 1974), llamado Gladiadoras (2001)... Cree que puede maravillar al mundo en dos horas, cambiando a Charlton Heston por el insípido e insulso John Huston y metiendo, así como quien no quiere la cosa, a Morgan Freeman. Ese que conoce tan bien a Dios. Cree que nos va a emocionar. Y no sabe que solo se salva el Mesala de Toby Kebbel. El malo tenía que ser.
Se ríe de Miklos Roksa. La música instrumental. Marco Beltrami. Un compositor capaz de algo tal como El tren de las 3.10 (James Mangold, 2007). Lleno su salón de premios, como llena su filmografía de películas malas, malísimas y olvidables. Contradictorio e irrisorio. Porque se ríe. Nos engaña con un buen tema principal para burlarse de nosotros con el resto. Y la canción final. Horrible remate a ¿el peor y más innecesario remake de la historia? Escuchar la canción “The Only Way Out” de Andra Day en la escena final es la peor de las pesadillas cinéfilas. La peor canción final desde el “Imagine” de Los gritos del silencio (Roland Joffé, 1984).
Todo es risa en este Ben Hur del siglo XXI. Ni carrera ni nada. De usar y tirar. Y porque estamos en plena época de palomiteo veraniego. Pero… quien ríe el último ríe peor. Profecía o no. Se intuyen 11 Oscars convertidos en 11 Razzies como la copa de un pino.
BEN HUR (2016)
Director: Timur Bekmambetov
Reparto: Jack Huston, Toby Kebbell, Morgan Freeman, Rodrigo Santoro, Nazanin Boniadi, Pedro Pascal, Olivia Cooke, Ayelet Zurer, Sofia Black-D'Elia, Alisha Heng, Marwan Kenzari, Nico Toffoli
Género: Aventuras, drama, remake.
Duración: 124 min.
Desde que salieron las primeras noticas del rodaje de Ben-Hur 2016 y luego durante su promoción, ni una sola vez, por lo menos en boca de sus responsables, oí decir que era o pretendía ser un "remake" de la película de 1959, sino una nueva versión de la novela que Lewis Wallace publicara en 1880, por eso pienso yo que malamente puede reírse de Wyler, Heston, Rozsa o cualquier otro miembro del equipo técnico y artístico de aquella cinta. El problema es si respeta o no las líneas argumentales básicas de la novela original; si sigue sus planteamientos éticos, políticos y religiosos; si acierta en la elección de los muchos personajes y tramas paralelas que aparecen allí y si todo esto lo visualiza del modo apropiado. Para mí sigue con mucha corrección, incluso profundiza, su línea argumental básica, respeta muy fielmente sus planteamientos éticos, refunde, más que elige, varios personajes e historias paralelas metiendo en dos horas un original muy farragoso de casi quinientas páginas ¿Podría haber sido mejor? Sí. ¿Es la infumable basura que dicen? Ni de lejos, para mi gusto, claro está. Y que conste que yo soy de la generación que se crió con el Ben-Hur del 59, a la que particularmente venero, y de la que, por cierto, la crítica especializada de la época dijo muy convencida y abochornada: "larga", "aburrida", "con enormes baches en el ritmo narrativo", "el peor trabajo de William Wyler", "lo único que se puede rescatar es la carrera de cuadrigas copiada plano a plano de la rodada por Fred Niblo en 1925". ¡Cómo cambian los tiempos!
ResponderEliminarCierto, se peude ver como una versión y no un remake. Pero yo no estoy tan segura de que respete del todo la novela. Creo que hay conceptos y simbolismos que se pierden enormemente. El simple hecho de cambiar la escena del ladrillo, aunque parezca una tontería, cambia muchas cosas y resta profundidad al personaje de Juda 8ya de por sí regulero con Jack Huston). Y alguna que otra línea del guión no me convenció nada. Me pareció como muy traida al siglo XXI. Ni qué decir de la canción... espero que al menos en lo de la canción estés de acuerdo conmigo. En fin, cualquier aportación es siempre bienvenida. Y lo mismo digo de la variedad de gustos y opiniones. ¡Un saludo!
EliminarSí, Lucía, estoy totalmente de acuerdo con lo de la canción. Por otra parte el final hubiera necesitado al menos unos cuantos minutos más; ya dije que esta película podría haber sido mucho mejor de lo que es, y me mantengo en ello. Cambiar la caída del ladrillo ( en el libro es a Judá a quien se le cae, no a Tirzá, como en la del 59) lo veo yo como una manera de restarle "maldad" al personaje de Messala e irle poniendo apoyos para hacer más posible el final de la historia elegido por esta versión; haciéndolo así Ben-Hur no es del todo inocente ( ha ocultado zelotes en su casa) y, por lo mismo, Messala no es del todo culpable ( ha descubierto lo anterior). Hay muchos grises en esta película; personajes que evolucionan, que cambian y eso, aunque hubiera necesitado de más tiempo para desarrollarlo, me parece de agradecer. Yo no diría que se ha intentado hacer una nueva película épica, sino un drama con secuencias épicas. En la novela Messala no muere tras la carrera (como en la del 59), sino que pasa largos años postrado en una silla al no tener piernas; no sabemos nada de él hasta que Iras, un personaje clave de la novela, no se lo comunica a Judá, felizmente casado con Ester; pero la novela apunta al perdón de Judá hacia su enemigo. Los zelotas aparecen también en la novela, (Judá está a punto de convertirse en uno de ellos), y junto con ésta hay muchas tramas más, pero de haberlas "visualizado" todas, Ben-Hur 2016 hubiera necesitado muchas más horas que la del 59 para desarrollarlas (lo intentó la de 1925)); sin embargo, y en líneas generales este Ben-Hur 2016 sigo opinando que respeta más la novela que las otras versiones. En cuanto al final, he visto por ahí, en un blog de habla inglesa, unos clips de esta película en los que se muestran escenas que se rodaron, pero que han sido acortadas o excluidas del montaje final; el personaje de Dimas, por ejemplo, aparece crucificado junto a Jesús (cuando lo ves ahí tras ser detenido después de la carrera, comprendes mejor a qué vino la escena del arco del principio; su arrepentimiento mientras está crucificado va a tener un gran peso en el ánimo de Ben-Hur, parado al pie de la cruz. Realmente no entiendo su eliminación del montaje final).Lo mismo ocurre con las palabras de Cristo agonizando, más extensas en el clip que en la película, y que van ayudando a comprender la decisión que Ben-hur va a tomar respecto a Messala. ¿Jack Huston "regulero"? No lo sé; en "Outlander", como vikingo enfrentado a un dragón venido del espacio ( se ve de todo en este cine de nuestras entretelas) daba el papel, que es muy diferente al que interpreta aquí, y lo mismo en "Tren de noche a Lisboa" de Billi August, cuyo personaje ambientado en la revolución portuguesa de los años 70 tampoco se parece nada a los dos anteriores. A mi me resultó un Ben-Hur cálido, vulnerable, como lo es el Judá de la novela (que tiene poco más de 18 años cuando empieza la trama), y que nunca es descrito por el autor tan icónicamente viril como el de Charlton Heston, mi primer gran amor cinematográfico. Ahora, junto a la de Heston, angulosa y llena de fuerza, siento que puedo ponerle también otra cara a mi personaje de ficción más querido. Chao.
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