Reparto: Ben Stiller, Kristen Wiig, Adam Scott, Patton Oswalt, Shirley MacLaine,
Kathryn Hahn, Sean Penn, Finise Avery, Joey Slotnick, Toshiko Onizawa, Adrian
Martinez
Valoración: 4.5 sobre 5
FELICES SUEÑOS
Por Lucía
Pérez García
Compadezco
a todos aquellos que no sueñan despiertos, a esos que nunca han estado a punto
de morir atropellados por estar en su mundo mientras cruzan la carretera, a
esos, en definitiva, que se autoproclaman “realistas”. A todas esas personas,
les acompaño en el sentimiento, porque nunca sabrán lo que es ser feliz.
Al
resto, a los que cada día viven sus propia aventura, ya sea aquí al lado o en
el Kilimanjaro; a los que tenemos el orgullo de considerarnos surrealistas,
tengo el gran placer de presentarles a Walter Mitty.
Me
da igual que tenga poco o nada que ver con la película de Norman Z. McLeod y
con el relato de James Thurber. Me da igual que Ben Stiller no sea Danny Kaye.
Me da igual todo, absolutamente todo, si a cambio me regalan uno de los ratos
más felices y emocionantes de mi vida cinéfila y, porqué no, de mi vida en
general, y aquí entran la real y la imaginaria.
Aquí
no vamos a encontrar poketa, poketa; ni canciones alocadas interpretadas a base
de muecas y honomatopeyas; ni ese toque de screwball
comedy tan a lo Danny Kaye. Pero no por eso la película resulta decepcionante.
Al contrario. Sustituye esos elementos por otros no menos sugerentes:
maravillosos planos de no menos maravillosos paisajes, maravillosamente
fotografiados por Stuar Dryburgh; la música de Theodore Shapiro que, combinada
con tales maravillas, te pone los pelos de punta; un Ben Stiller aventurero y
enamorado que corre tanto como sueña y sueña tanto que al final consigue hacer
realidad sus sueños; un Sean Penn efímero y omnipresente que nos descubre la
verdadera belleza y un final de esos que te hacen sacar el pañuelito, por si
acaso. Si nunca has llorado de felicidad, realmente no sabes lo que es llorar.
Esta es una buena oportunidad para averiguarlo.
El
cambio en la trama, transportandola a la actualidad, no chirría tanto como
cabía esperar. En lugar de una empresa de historias gráficas, tenemos la
revista Live; en lugar de un cuaderno negro y las joyas correspondientes, tenemos un
misterioso negativo perdido; y en lugar de Virginia Mayo, tenemos a Kristen Wiig. Walter
Mitty es un poco más serio y su madre, una mayor pero exactamente igual de
genial Shirley McLaine, un poco más dulce. Muchas cosas son diferentes, pero lo
diferente a veces termina siendo especial. Tan solo el jefe barbudo conseguira
irritarte, pero no hay nada que Walter Mitty no pueda solucionar.
Ben
Stiller hace las veces de Frank Capra y de James Stewart al mismo tiempo. Y
cuando aquellos dos se juntaban, no podía más que salir un canto a todo lo
bueno que hay en este mundo y que la mayoría de la gente no es capaz de ver.
Recordando cualquiera de sus películas, uno se vuelve un poco más bueno y, por
consiguiente, un poco más feliz. Y eso es lo que pasa cuando vemos a Ben
Stiller volar por los aires, nadar entre tiburones o patinar por carreteras
perdidas del más recóndito lugar del planeta. No será ésta una película de
Oscar como lo eran las de Capra, pero no hay premio más grande que esta
invitación a soñar.
Ya
lo decía Peter Pan: “si a caso quieres
volar, piensa en algo encantador…”
Tengo una contradicción con esta peli porque tengo muchas ganas de verla, y ya leí varias críticas positivas... pero está nominada (o es pre-candidata) a los Razzies! Supongo que habrá que ver...
ResponderEliminarEn este caso, yo no pensaría en esas cosas o si esta o no bien hecha y eso, yo simplemente me dejaría llevar. Yo solo digo que yo no quería que se acabara la película. Cuando salí del cine me quería llevar la pantalla conmigo. Las películas de Ben Stiller me dejan siempre una sensación feliz que a veces es mejor que cualquier premio. Y esta, para mi, se lleva el oscar a la felicidad =D
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