Por Lucía Pérez García
Todo es absurdo en la vida de Alicia. Y como tal, no puede verse más que con los ojos felices de un ser surrealista. Sin filosofías que estropeen la muchosidad característica de los escritos de Lewis Carroll. Johnny Deep podría hacerle la competencia al mismo Dalí en extravagancia. Sacha Baron Cohen y Helena Bonhan Carter no se quedan atrás en la carrera por el trofeo del absurdo. ¡Qué le corten al cabeza al sentido del ridículo! La hora del té sería la quedada perfecta del grupo dadaísta. Los diálogos bien podrían salir de una intensa sesión de escritura automática. De esa que brota sin pensar pero parece haberse pensado durante años enteros. El mundo colorido, lleno de criaturas parlantes, a cada cual más pintoresca y con un carácter más peculiar, es la perfecta recreación de las fantasías infantiles, tan queridas por aquellos que ven en el subconsciente un lugar donde vivir las aventuras siempre soñadas, pero en vivo y en directo, totalmente materializadas. Danny Elfman decide que un coro infantil aquí y unas orquestas de brillantina acá. Si quisiera esconderse, siempre veríamos su sonrisa flotando, como la del gato de Chesire. Al ladito de sus dientes, los de Tim Burton, que ni disfrazado de productor camufla su estilo de marca registrada. Aquí el más normal parece ser el director, James Bobin, al que imagino como el rey consorte de la reina de corazones: pequeñito y obediente, siempre caminando detrás. El que manejó las marionetas en dos ocasiones (Los Muppets y El tour de los Muppets), es aquí una marioneta más en manos de los titiriteros más disparatados y sinvergüenzas.
¿Y nosotros? Tenemos dos opciones. La primera, quedarnos con la muchosidad y al curiosura, es decir: con el increíble mundo de los relojes, ese minuto que falta para la hora del té, las versiones en miniatura de los adorables personajillos, la postura princesil de Anne Hathaway, y el disparate –tremendo disparate- de historia sobre la gran cabeza de la reina. La segunda, pensar que todo es una tontería. Y lo que es peor, una tontería más tonta que la primera. Lo cual es cierto. Es una tontería, y es más tontería que su predecesora. Pero menos y menos son más. Y en el país de las maravillas, así como al otro lado del espejo, tontería más tontería suman un cuadrado estúpido.
No se puede ver de otra forma, porque si pudiéramos hacerlo, estaríamos cruzando el espejo. Esto es un cuento señores, un cuento de lo más absurdo. Donde hasta los efectos visuales exagerados y las sobreactuaciones están permitidas, e incluso podrían ser un reflejo espejil de este mundo físico y con pretensiones de seriedad. Pensemos lo que pensemos, aquí todos están locos. Pero si nos toman el pelo, siempre nos quedará el sombrerero loco para prestarnos unos de sus diseños mientras celebramos nuestro no cumpleaños con una tacita de té.
Valoración: 6 / 10
ALICIA A TRAVÉS DEL ESPEJO, “ALICE THROUG THE LOOKING GLASS” (2016)
Director: James Bobin
Reparto: Mia Wasikowska, Johnny Depp, Helena Bonham Carter, Anne Hathaway, Sacha Baron Cohen, Michael Sheen, Alan Rickman, Stephen Fry, Timothy Spall, Rhys Ifans, Ed Speleers, Barbara Windsor, John Sessions, Paul Whitehouse, Karol Steele
Género: Fantasía, cuentos.
Duración: 107 min.
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