martes, 22 de marzo de 2016

# clásicos # drama

CRÍTICA LA TÚNICA SAGRADA, "THE ROBE" (1953)

LA PASIÓN SEGÚN RICHARD BURTON Y UNA TÚNICA 
Por Lucía Pérez García 





“La ostentación y el esplendor del emperador Tiberio en Roma, los disturbios de Jerusalén y la polvorienta Tierra Santa nunca se han mostrado con tanta magnificencia en una pantalla de cine como en la instalada para la proyección de ‘La túnica sagrada’. El poderío de las masas y los héroes nunca se han alzado tan enormes como lo hacen en esta estudiada demostración, proyectada en CinemaScope […] Richart Burton es valiente, enérgico y severo como el arrogante tribuno romano al mando del a crucifxión de Cristo […] Jean Simmons es encantadora y apasionada […] Victor Mature musculoso y temperamental […] Michael Rennie está solemne y trascendental como Simón Pedro […] Jay Robinson es afectado y estridente como Calígula…”. Viniendo del crítico más severo del Hollywood clásico, Bosley Crowther (el Carlos Boyero de la era dorada del cine), las palabras no tienen desperdicio. La película, tampoco.  


La Túnica Sagrada es una de las películas imprescindibles de toda Semana Santa que se precie, junto con Rey de Reyes (Nicholas Ray, 1961) o La Pasión de Cristo (Mel Gibson, 2004). Adaptación al cine de Lloyd C. Douglas que cuenta la historia de la locura y conversión del tribuno Marcelo Galio tras hacerse con la túnica con la que Cristo recorrió el camino hasta el Calvario, es una de esas cintas clásicas que se salen de la pantalla aunque las veas en un pequeño televisor. Decorados que serían la envidia de cualquier superproducción actual, un vestuario que no quedaría eclipsado por los de Paco Delgado pata Tom Hooper, unos colores que se recrean en las pupilas y una puesta en escena espectacular, cuando al palabra espectáculo estaba estrechamente ligada a la calidad y no a las palomitas. 


Cómo un judío especializado en musicales y comedias familiares (La Mujer del Obispo, El Invisible Harvey) pudo hacer una película de estas proporciones y darle el sentimiento que solo un cristiano confeso podría plasmar, es un misterio que el cine se encarga de desvelar. La presencia y el aura de un Cristo, al que nunca vemos el rostro, en los ojos de Victor Mature. La locura de un jovencísimo Richard Burton salpicado de la sangre del Salvador. Tres cruces a lo lejos. Unos pies y una voz. La noche repentina. Viento, truenos. El poder de Dios y el poder del dios cine unidos para sobrecoger al menos creyente. Mientras que Mel Gibson nos hacía llorar de culpabilidad y dolor con el sufrimiento y la sangre, Koster nos emociona y conmueve a través de la vía más sensible, la de la fe. Como hemos cambiado… 


Tan solo las proporciones exageradas en una historia de fondo austero y profundo, mucho más profundo que cualquier truco de Hollywood para robar audiencia a la incipiente televisión, pueden jugar en su contra. Eso, y una música que yo hubiera dado a un Miklós Rózsa o al Dimitri Tiomkin de diez años más tarde, en lugar de al pluriempleado Alfred Newman, que sin un tema principal imponente, y con algún tema concreto que destroza el tono de la escena que acompaña, no acaba de estar a la altura de una película obligatoria para todo cinéfilo, no solo en estas fechas.  


Valoración: 7.5 / 10 

LA TÚNICA SAGRADA, “THE ROBE” (1953) 
Director: Henry Koster 
Reparto: Richard Burton, Jean Simmons, Victor Mature, Michael Rennie, Jay Robinson, Dean Jagger. 
Género: Histórico, religión 
Duración: 135 min. 



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