domingo, 27 de mayo de 2018

# drama # homosexualidad

CRÍTICA DE DISOBEDIENCE (2017)

LLAMÉMOSLO DESOBEDIENCIA


El mundo es gris, nublado, frío, estático, sin perspectiva. Todas las pelucas son iguales. Feas. Faldas cortadas por el mismo patrón. Las normas están para cumplirlas. A rajatabla. Y más. ¿Qué la película es seca, lenta, sin movimiento, silenciosa…opresiva? ¿No es así como se siente? Desobediente. Cuando la religión sobrepasa su sentido. Y desobedece. Entrando en el terreno del radicalismo. Y la obediencia extrema. Que lleva a la locura. Y a la desobediencia. ¿Avanzamos? Ahora sí. Podemos. Desobedecer cada regla. Desobedeciendo las creencias. Propias y adquiridas. La cámara se mueve. La cama también. Hay música. Por fin. Suena el corazón. La vida. Bajo la ropa interior. Humedad y saliva. ¿Desobediencia? ¿Extenuación? Libertad a escondidas. La historia de una escena de sexo que rompió con todo: con la rigidez, la frontalidad, la parálisis, la ausencia de comunicación. ¿El resto? Represión. ¿Aburrida? Represión. ¿El fin? La salvación. La libre elección. Sin libre albedrío. Dentro de Dios. De los judíos. Pero con una puerta abierta. Al exterior. A un amor que un día cogió un taxi.


Valoración: 6 / 10


Director: Sebastian Lelio
Reparto: Rachel Weisz, Rachel McAdams, Alessandro Nivola, David Olawale Ayinde, Mark Stobbart, Cara Horgan, Sophia Brown, Lasco Atkins, Bernardo Santos,
Dominic Applewhite, Omri Rose, Liza Sadovy, Dave Simon, Trevor Allan Davies, Cristian Lazar
Libro: Disobedience, de Naomi Alderman
Género: drama, homosexualidad, religión
Duración: 114 min.

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