miércoles, 6 de diciembre de 2017

# animación # aventuras

CRÍTICA DE MY LITTLE PONY: LA PELÍCULA (2017)

¿ALGÚN PONY POR AQUÍ?


Mi colección de ponies relinchaba de felicidad. Treinta años después, ¡los ponies volvían al cine! Tuve que abrir la caja y dejarlos galopar hasta que sus energías de juguete se gastaron. Marqué el día en el calendario. Los ponies volvieron al paso para dormir su sueño de plástico. Esa noche soñé que Raimbow Dash arrastraba las nubes para que siempre saliera el sol.

Llegado el día, las palomitas de colores inundaron la sala. Crines y colas cepilladas. Cutty Marks relucientes. Ojillos brillantes. Sombrero a lo Applejack bien encajado. Peli a punto de empezar. Último repaso mental a las siete temporadas de la serie. Entran los pegasos. Las palomitas vuelan por los aires.

Todas las princesas reunidas y una difícil tarea para Twilight: otra celebración. Y es que Equestria tiene un calendario festivo singular y ligeramente extenso, seguramente diseñado por Pinky Pie. No hay temporada que no contemple un feliz acontecimiento social. Siempre el mejor de la historia, por supuesto. Mis ponies y yo seguimos los preparativos con la atención de quien se los sabe de memoria.


Se abren los cielos. El malo llegó. Llegó, como no, el enemigo de la amistad. El pony sin amigos. El pony sin Cutty Mark. El pony incomprendido que se convierte en el más malo malísimo de los equinos. Otro más para la larga lista de ponies renegados que acaban siendo derrotados por la amistad multicolor: Sunset Shimmer, Starlight Glimmer, Trixie Lulamoon… y ahora Tempest Shadow.
A partir de aquí, todo normal. Nuevo pedido de palomitas. Esta vez de las normales.

Empieza entonces el desmadre pony, donde los ponies brillan por su ausencia: águilas, seaponies, un gato, un topo, extrañas criaturas de todos los tamaños, ponis mezclados con grifos. Discordia, el mejor villano de todos los tiempos, entra en la sala. Dejarlo fuera del argumento ha sido un error. Todos estamos de acuerdo y le acogemos amablemente.

Los fans de Applejack abandonan sus asientos. No hay derecho. No le dejan actuar, y encima le ponen el peinado más feo. Los de Fluttershy le siguen de cerca. Proliferan pancartas pidiendo la “igualdad pony: papeles equitativos para todos los ponies”. Alguien levanta una pancarta exigiendo la aparición, no solo el cameo, de las Cuttie Mark Crusaders. “¡Queremos a Scootaloo!”. Aunque no haya sido invitado a la película, Discordia sigue haciendo de las suyas dentro y fuera de la pantalla. Esto es un caos.


Menos mal que al final siempre gana la amistad. Pero así, sin más. Atrás quedaron los capítulos sorprendentes de las primeras temporadas. Lejos quedaron las segundas lecturas de unos ponies que iban más allá de su apariencia cursilona de juguete para niñas. Qué daño han hecho las dos últimas temporadas. Ojalá Twilight siguiera siendo aprendiz de princesa.

Cierro el establo. La última canción -porque la música es una de las especialidades de la casa- ha amansado a las fieras y la animación de los créditos ha calmado el ambiente. Es difícil resistirse a los ojillos gigantescos, el diseño individualizado y los colorines de estos caballitos miniaturas. Pero a veces se puede prescindir de ellos… una pena, penita, pena.


Valoración: 5 / 10


MY LITTLE PONY: LA PELÍCULA, "MY LITTLE PONY: THE MOVIE (2017)
Director: Jayson Thiessen
Género: Animación, aventuras.
Duración: 99 min.

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