Por Lucía Pérez García
Si no existiera el cine cutre, cuantos buenos ratos nos perderíamos. Tan contradictoria es esta afirmación como decir que R.O.T.O.R es cine. La propia película se ríe de sí misma: “Esto no es una película barata de ciencia ficción”, le dijo el Doctor Houghtaling al robot Willard. Los que nos atrevemos a verla nos reímos de ella. Los que se enteran de que la hemos visto se ríen de nosotros, porque ellos la han visto antes. Y los que aún están por verla serán la diana de las risas de los anteriores. Y así sucesivamente. Quien ríe el último ríe mejor. R.O.T.O.R. rio primero.
“El día comenzó como cualquier otro día. La fresca brisa otoñal soplaba en el rancho. El ganado venía a por su comida matinal. Era una mañana preciosa. El sol lanzaba un brillo dorado que se filtraba a través de las ventanas del rancho. Si hubiera sabido los que iba a suceder, no me habría levantado”. Palabra de policía grandullón con gafas de sol, que no se quita ni con las luces apagadas en medio de una reunión de científicos expertos. Un guión como Dios manda. Escrito una noche de apagón y eclipse lunar, con las gafas de sol puestas.
Si así empezó el día, no es muy complicado adivinar como continuó. Director y guionista no se pusieron de acuerdo si querían hacer una película de acción, de terror, de suspense, de ciencia ficción o una comedia. La acción les salió a cámara lenta y con coreografías dignas de un ballet ruso. Solo faltaban los tutús. El terror… a veces las pesadillas toman formas ridículas. Pensaron que meter una trama en plan El Diablo Sobre Ruedas no estaría mal. Total, ese tal Spielberg no se iba a enterar, y así añadían un poco de suspense. No se dieron percataron de que ninguno de ellos se llamaba Steven. La ciencia ficción venía de serie. Un robot por aquí, otro robot por allá, y unas cuantas frases con pretensiones filosóficas e intelectuales. ¡Yo me sé una cita del cuento del monstruo verde con tornillos en la cabeza! ¿La ponemos? Dijo el director.
Tanto gasto de materia gris precisaba una buena dosis de glucosa. Los dos amigos, orgullosos del trabajo que estaban haciendo, se fueron a merendar. Un Bony y un Tigretón, por favor. A la vuelta, decidirían el título. Tras el nutritivo descanso, llegó el momento culminante. Le pondremos: R.O.T.O.R. El director aplaudió efusivo, orgulloso de su olfato para elegir guionistas. Al final del día, R.O.T.O.R, más que una película, terminó convertido en una palabra diga del mejor Chiquito de la Calzada. Al fin y al cabo, con los dos nos podemos reír un rato.
Aún quedaban arduas tareas. La elección del reparto era fundamental. Para el protagonista pensaron en una mezcla entre David Hasselhoff y Michael Landon, con un toque de hombre Malboro. Para su ayudante, la "chica atractiva" que especifica la sinopsis, una culturista de pelo estropajoso con residencia en Huston. Qué chiste más bueno. Dijo el simpático guionista meándose de risa. Cuando Coldyron le llame para pedir ayuda podríamos meter la frasecita. El director echaba chiribitas por los ojos. Los científicos llevarán gafas de pasta. El chico del bar debe tener granitos. Y le podemos poner unas paletas de conejo postizas. Gran idea. Cada minuto que pasa me sorprendes más gratamente. Y R.O.T.O.R… ¿has visto Robocob? Listo. ¡Espera! ¿Qué hacemos con la música? Llama a ese tipo de segundo apellido Newman. Que todos crean que es de la familia de Alfred. ¡A sus órdenes! Vaya pedazo de casting nos hemos montado chico. Te mereces una palmadita en la espalda. El guionista sonrió satisfecho, como un bobo.
Pasó la fase de producción. Acabó la ardua fase de post producción. Y llego, al fin, el día… de la salida de la película en VHS. Cullen Blaine no volvió a dirigir en su vida. Quedó para la posteridad como encargado de story boards en multitud de series animadas de tv (Los picapiedra, Isidoro, Timón y Pumba, Denver el último dinosaurio…). Porque eso sí, después de marcarse ese pedazo de cartel a lo Mad Max alguien pensó que este chico valía un potosí como dibujante. El coguionista junto a Cullen, Budd Lewis, siguió el mismo camino. Los actores, por su puesto, quedaron excluidos del gremio. Nunca más se supo de ellos. Y nosotros nos quedamos sin secuela… porque sí, señores, el final olía a secuela. ¿Podría la historia del cine soportar un R.O.T.O.R II?
En fin, como bien dijo el Doctor Barret Coldyron: “Tenemos tiempo suficiente para averiguar lo que esto ha significado para cada uno de nosotros”.
PD: Cosas peores he visto. Al menos con ésta, te ríes un rato.
Valoración: 1 / 10
R.O.T.O.R (1989)
Director: Cullen Blaine
Reparto: Richard Gesswein, Baker, Gigi Green, Margaret Trigg, Jayne Smith, James Cole.
Género: Ciencia Ficción, acción, comedia?¿?¿?
Duración: 83 min.
Lo siento Lucía pero yo me reí primero, jajajaja.
ResponderEliminarNo me digas que no te avisé!!!.
Es la película perfecta para una velada de adolescentes: grupo de amigos, un buen sofá y un gran bol de palomitas... y a desternillarse se ha dicho.
Y terminemos con seriedad. ¿Sabes algo de "Rams (El valle de los carneros)"? (Grímur Hákonarson, 2015). No quiero que me hagas la crítica, solo que me digas si la has visto o sabes algo de ella.
Hoy creo que me enfrentaré a "Bone Tomahawk", ya te cuento.
Un saludo.
jaja habrá que buscar más pelis de estas de vez en cuando.
EliminarRams me la perdío en el Festival de Sevilla y la tengo pendiente, pero la gente habla muy bien de ella. Quien al vea primero, ¡qué cuente!
Ya me duiras que te pareció el western.