Reparto: Robin
Wright Penn, Harvey Keitel, Danny Huston, Paul Giamatti, Frances Fisher, Kodi
Smit-McPhee, Michael Landes, Sami Gayle, Matthew Wolf, Jon Hamm, Michael
Stahl-David
Valoración: 3 sobre 5
EL FUTURO PROMETIDO
Por Lucía Pérez García
Acción real y animación se confunden en una realidad paralela que amenaza con ser verdadera
El mañana ya ha empezado, pero no es del todo real. No hay medida que
profetice su llegada porque en el mañana no existen los segundos. El
tiempo se ha diluido en pixels. Lo material se ha desintegrado. La
verdad ha sido eclipsada por el subconsciente. Los límites entre cuerpo y
mente, tiempo y espacio, realidad y ficción, no existen, o se
confunden.
Hay cosas que alcanzan antes el mañana. El arte. El cine. Tal es su
ansia de futuro que mueren antes de tiempo, recogiendo en el camino los
restos agonizantes de que un día que fue y que vive ahora disfrazado de
mentira.
Los actores se desmaterializan, consumidos en avatares virtuales cada vez más reales.
Más incluso que ellos mismos. Capaces de hacer lo humanamente
imposible. La carne se desprecia y se convierte en espectador pasivo de
una ilusión que amenaza con la veracidad. Mientras, los seres animados
colonizan el planeta, añadiendo dimensiones a nuestra visión engañada.
El trabajo y, por tanto, el arte, quedan obsoletos, a merced de un
futuro donde la mente, infectada por la ciencia, se erige dominadora.
¿Verdad o mentira? Nos prometen la libre elección. Datos esenciales que
nuestra mente transforma a su libre albedrío, creando un mundo a su
medida. Nos prometen una nueva princesa prometida en versión
remasterizada. Una Robin Wright omnipotente y
eternamente joven, cara visible de esa nueva libertad a la que se accede
a lo ‘Matrix’ (Andy Wachowski y Lana Wachowski, 1999), mediante una
ampolla química.
Entramos entonces a un mundo animado donde todo es tan confuso y
difícil que hace que la promesa se esfume. Trazos psicodélicos de un ‘Yellow Submarine’ (George dunning, 1968) que nos transporta a una Pepperland melancólica. Florituras pintadas en ‘El Muro’ (Alan Parker, 1982) que intenta romperse martillazos químicos.
Personajes descendientes del planeta Warner y con aspecto de un cine de
animación pionero. Surrealismo minucioso del Jardín de las Delicias.
Historia pasada por el filtro de El Bosco. La Venus de Botticelli como
diosa de una belleza tan subjetiva que se pierde en el camino. Picasso,
Frida Kahlo, Luis XIV, Isabel I, Clint Easwood, John Wayne, Elvis,
Marilyn Monroe, Drácula, Horus, Zeus, Jesucristo, la Virgen…el
“crepúsculo de los dioses” que lleva a un nuevo día. Un día que tiene
más de ocaso que de amanecer.
Y en un intento por escapar de ese mundo animado, por salir de esa
alucinación que se nos presenta verdadera, los “hijos de los hombres”
aniquilan la última gota de fe que quedaba.
Después de asistir a ‘El Congreso’, nos quedamos:
confundidos, desconcertados, impactados, humillados, aburridos,
encantados, estafados, hipnotizados, extrañados, …y, sobe todo,
reflexivos, porque: “todo está en la mente”.
Más en www.intracine.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario