Reparto: Matt Damon, Michael Douglas, Dan Aykroyd, Debbie
Reynolds, Scott Bakula, Rob Lowe, Cheyenne Jackson, Boyd Holbrook, Nicky Katt,
Tom Papa
Valoración:7.5 / 10
UN HORROR VAQUI QUE DE HORROR NO TIENE NADA
Por Lucía Pérez
García
Vuelve
a ponerse el sol en Sunset Boulevard,
valga la redundancia, aunque esta noche el crepúsculo es más brillante, porque
desde el otro lado del firmamento recibe la luz fluorescente y kitsch de un candelabro. Y allí, justo
detrás de éste artefacto barroquizante, una estrella empanada en brillantina, a
modo de Pigmalión egocéntrico, modela a su imagen y semejanza a un dulce pájaro
de juventud. Pero esta vez, en lugar de desplumarlo, tiñe sus plumas de un color
luminiscente.
Quién
iba a imaginar que esa estrella no era otro que Michael Douglas y que su
pequeña mascotita, a la que él llama baby
boy, era el mismísimo Matt Damon, a quien de nuevo le ofrecen una “tierra prometida”,
pero esta vez a cambio de un amor homosexual que brota como quien no quiere la
cosa de una semilla a medio hacer. Pues sí, imagínenlo. Pero no el pongan mucho
artefacto, porque ambos están sencillamente, aunque la palabra sencillo sea
algo contradictoria en este caso, espectaculares. Espectaculares en todos los
sentidos, porque la vida del pianista Liberance era todo un espectáculo, como
un espectáculo es ver a Matt Damon en calzoncillos y con abrigo de piel, y a
Michael Douglas semidesnudo y con una expresión tan gay que por sí sola es otro
espectáculo aparte.
No
hay que echarse a tras solo porque la película esté destinada a la televisión.
En ningún momento da sensación de telefilme basado en hechos reales. Es una de
esas películas que, aunque al principio no te atraigan, te terminan dejando la
sensación de haber visto algo más grande de lo que es en realidad. Y si a esas
casi dos horas, nada largas, de metraje, le añades un poco de buena música, grandes
actuaciones y algún que otro toque de humor, pues ya está todo dicho. Quizás
hay algún que otro detalle que desentona, pero no es este el lugar de decirlo, que no quiero estropearle la película a nadie.
PD:
me pareció impresionante la primera escena de Liberance tocando el piano a
16bits. Todavía me duelen los dedos. Y por si fuera poco, Micahel Douglas es rimpresionantemente parecido al Liberance original.
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