viernes, 29 de julio de 2016

CRÍTICA DE LA LEYENDA DE TARZÁN (2016)

10:44:00 0 Comentarios
TARZÁN SÍ, PERO NO DE LEYENDA 
Por Lucía Pérez García




Elegir un Tarzán entre las decenas de tarzanes de cine y televisión puede ser una ardua tarea de revisión y análisis. Pero para los niños de los noventa, disneyfilos y devoradores matutinos de dibujos animados (entre los que me cuento), la cosa suele reducirse a uno: el de Kevin Lima y Chris Buck de 1999. El resto queda en una selva oscura donde solo el cinéfilo más aficionado osa adentrarse. Aunque se dan casos de niños de esta clase que quedan atrapados y nunca más regresan del mundo de Johnny Weissmuller. Tarzán es un amigo complicado. El gusto y las preferencias lo son más aún. Y ante esto, muchas veces es mejor quedarse con la novela original de Edgar Rice Burroughs. Pero es difícil no caer en los sueños del séptimo arte. 


Para ver la nueva versión de David Yates hay que colgarse de la liana y lanzarse al vacío. Dejar de lado cualquier referencia anterior y disfrutar del paisaje sin pensar más que en la diversión que conlleva. Una historia diferente llena de aventuras, acción y detalles curiosos –con ciertos cambios respecto a la original en las historias del origen de los protagonistas-. Paisajes impresionantes. Y un reparto estelar a una altura no tan estelar, pero suficiente para una película de estas características: un Alexander Skarsgård intenso física y emocionalmente; una Jane muy propia –aunque no a su altura interpretativa- de una actriz, Margot Robbie, que de tonta no tiene un pelo; un malo con estilo típico de Christoph Waltz; y un curioso secundario en la persona de Samuel L. Jackson. 


El resto, que entra más que ningún otro apartado en la cuestión diversión y entretenimiento, es cosa de tendencias. La manía de Yates de oscurecer las historias. Una moda impuesta en el mundo de los blockbusters que algún día terminará cayendo por su propio peso (cuando las películas se conviertan en un continuo fundido en negro). La música con poca chica e influencias de Hans Zimmer. Y los flashbacks inútiles y continuos. Que en este caso, además de tirar por tierra algunos detalles de los inicios de la historia, no hacen más que repetir lo que ya sabemos (aunque quizás por eso de los cambios no lo sabemos tanto). 

No será este Tarzan, por muchos abdominales que tenga, el primero de mi lista. Ese puesto es incuestionable y habrá que pasar por encima del cadáver de Disney para desbancarlo. Pero el segundo cajón queda a su disposición, en un pódium en el que el ganador es total y absolutamente superior -y el único que capaz de emocionarme desde el mismo principio- y el resto debe conformarse con mi más sincero respeto y agradecimiento por los ratos de entretenimiento. Sin más. 

Valoración: 6 / 10 

LA LEYENDA DE TARZÁN “THE LEGEND OF TARZAN” (2016) 
Director: David Yates 
Reparto: Alexander Skarsgård, Margot Robbie, Christoph Waltz, Samuel L. Jackson, Djimon Hounsou, Jim Broadbent, John Hurt, Ella Purnell, Cali, Simon Russell Beale, Madeleine Worrall, Laurence Spellman, Lasco Atkins, Matthew William Jones, Casper Crump, Guy Potter. 
Género: Aventuras, acción 
Duración: 101 min.

 

miércoles, 20 de julio de 2016

CRÍTICA DE MI AMIGO EL GIGANTE, "THE BFG" (2016)

9:49:00 0 Comentarios
MI AMIGO SPIELBERG 
Por Lucía Pérez García 





 
Fabricado en el laboratorio de fantasías de Roald Dahl y remodelado en los estudios fantastimirables de Spielberg, bajo la pluma de la fantastibulosa Melissa Mathison, mi amigo el gigante (El gigante bonachón del título original del cuento) ha robado los rasgos amabilidosos y la voz de Mark Rylance (prometedorescas colaboraciones a la vista) y las orejototas de Dumbo para hacernos soñar a todos. 

El tema de los sueños es bastante complicoso. Ya lo decía nuestro amigo en el cuento. No quieras comprenderlos. Lo que para unos es un sueño estrafafalarioso y cochinibundo, para otros puede ser el más cachipuchi de todos. El jorobanoches más perroapestoso puede ser, según como se mire, un felicissimus doratus disfrazado, de los que dan miedo de noche y risa de día. Un mundo, pues, enrevesicumplicado que cada uno entenderá a su manera. Y como película hecha de sueños, Mi amigo el gigante es a veces simple y a veces dificultosa. Tanto que yo vi una cosa y mi hermana -vecina de butaca- otra. Dos sueños, o más, en uno. A gusto del consumidor. Spielberg, mi más admirado y querido compañero nuncajamasiano, sabe bien lo que sueña y como hacernos soñar. Depende de nosotros amanecer más o menos felices. 


Mi despertar fue nebuloso. De esos que no sabes bien si has soñado, si has soñado que soñabas o si has dormido como un tronco. Lo único que recuerdo a la perfección son las huellas que el director de la gorra me iba dejando por el camino: un pepinasco asqueroso, pringoso y con cosas alargadas meneosas y ondulantes, una niña a modo de batidora en un coche, dos deditos amigos juntándose… no era Roald Dahl el que me lo contaba (ni Tim Burton, ni Danny DeVito). Era el mismo Spielberg. Sin duda. Eso lo recuerdo como si lo hubiera vivido. Porque no era uno de esos sueños que parecen hechos por ordenador. A partir de ahí todo eran palabrejas rimbombantes que hacían del sueño una cosa taratatamunda. Aunque de alguna forma, inmensamente feliz en su ingenioso lenguaje: risosamente infantil y alegrosamente disparatoso para los que aun quieren volar pensando en algo encantador. 



No es estrafalarioso ni superenormesco en intenciones. Pero tampoco es la mezcla que merece un sueño en su justa medida de ensoñación. Como el cuento original, no te deja tiritihelado de emoción. No es la mejor historia de Dahl (James y el melocotón gigante, Charlie y la fábrica de chocolate, Matilda) y sus múltiples moralejas (respeto a las diferencias, importancia de la amistad, valor frente a los obstáculos, creer sin ver, desechar la maldad del ser humano, no hay que imitar a los que obran mal…), escondidas en las páginas centrales en lugar de vomitarse al final, quedan más escondidas aun en su paso de gigante a la gran pantalla cinefilesca. Aunque si escuchas con orejas de gigante, verás que está todo. Párrafo por párrafo. Todo bien empaquetadito al estilo bienintencionoso, bonachonesco e infantiliroso de Spielberg. No el mejor, desde luego, pero Spielberg de principio a fin. Y un poco de Spielberg siempre es mejor que un mucho de cualquiera.

¿Olvidábamos a nuestro amigo John Williams? Nunca. Dato importantibilísimo y destacador. Ha vuelto. No como un gigante gigantonsísimo, pero si como el gigante que ya es, y que siempre será junto al cine de Mr. Steven. 



Valoración: 6.5 / 10 

MI AMIGO EL GIGANTE, “THE BFG” (2016) 
Director: Steven Spielberg 
Reparto: Mark Rylance, Ruby Barnhill, Penelope Wilton, Jemaine Clement, Rebecca Hall, Bill Hader, Rafe Spall, Adam Godley, Matt Frewer, Ólafur Darri Ólafsson, Haig Sutherland, Michael Adamthwaite 
Género: Fantasía, cuentos. 
Duración: 117 min.

 

viernes, 8 de julio de 2016

CRÍTICA DE 1944 (2015)

10:25:00 0 Comentarios
ELMO NUNAGEN Y LA HISTORIA DE ESTONIA 
Por Lucía Pérez García  




Elmo Nüganen se ha propuesto contarnos la historia de su país. Tan pequeñito y norteño él, Estonia, un país aparentemente tranquilo y apartado, con cara de inocente y de no molestar a nadie; pero que ha tenido una historia tan convulsa e inquieta como el baile del sambito. Un partido de tenis a muerte con cambio de campo y saque a cada juego. Una danza macabra de guerra. Debutó como director con Nombres de mármol (2002), donde contaba la Guerra de Liberación estonia (1918-1920). Lo vimos en el papel de Margus, el vecino recolector que se resistía a abandonar su cosecha en tiempos de guerra, en Mandarinas (Zaza Urushadze, 2013). Y ahora nos presenta 1944, una película un poquito más ambiciosa que sigue indagando en las dificultades por las que ha pasado un país en continua lucha por su identidad. 

1944 es difícil como película bélica basada en la realidad, simple y a la vez compleja como historia romántica, grande en el género de acción y regularcilla en lo que al apartado musical se refiere. Pero siempre dura y fría, como la propia guerra. Los diferentes bloques y lugares, especificados junto al paso del tiempo mediante cartelas, confunden tanto como lo pudieran estar los propios estonios. La claridad narrativa se pierde largas secuencias de combate, por otra parte maravillosamente filmadas, y cambios de lugar y pelotón algo confusos. Pero… ¿no es eso la guerra? Confusión. Aún más en este caso. Ahora con los rusos y ahora con los alemanes. ¿Quién soy? Se preguntaban los estonios. 



La trama romántica, simple en su presentación, e incluso algo artificial, es la clave para dar los giros que permiten dar interés al guión, y mostrar los aspectos psicológicos de la guerra a través de los dos personajes implicados. 

Y la música… desestructurada en su mayor parte, con cambios extraños y radicales de instrumentación y una alternancia complicada entre presencia y silencio. Pero con dos temas a los que vale la pena poner atención: el de la muerte de los dos soldados cuya historia queda entrelazada por la guerra, y la canción a dos voces durante uno de los desplazamientos. 


Pese a la confusión de una, la simpleza aparente de otra, y parte de la música; la acción (con una secuencia inicial espectacular), la ambientación, los giros, muchas de las frases y diálogos de los soldados estonios, y momentos tan impactantes como el de la niña durante el bombardeo (una escena que me recordó enormemente a uno de los mejores pasajes de la novela Suite Francesa, definición perfecta de la guerra) hacen de 1944 una película interesante, cuanto más aun necesaria e imprescindible al contarnos una parte de la historia casi desconocida para muchos de nosotros. 

Valoración: 7 / 10 

1944 (2015) 
Director: Elmo Nüganen 
Reparto: Märt Pius, Mait Malmsten, Ain Mäeots, Magnús Mariuson, Kristjan Sarv, Maiken Schmidt, Rain Simmul, Ivo Uukkivi, Henrik Kalmet, Marko Leht, Kristjan Üksküla, Tõnu Oja Género: Bélico, drama 
Duración: 100 min. 



miércoles, 6 de julio de 2016

CRÍTICA DE WASTE LAND (2010)

10:40:00 0 Comentarios
LA DIGNIDAD DE LA BASURA 
Por Lucía Pérez García 






Vik Muniz (1961, Sao Paulo) es un artista que no se reconoce como tal. Nunca quiso serlo hasta que una bala perdida le llevó a Nueva York con 22 años. El arte le dejó fascinado. Así es como Vik Muniz se convirtió en un retratista de su mundo. De sus recuerdos. Recuerdos que a veces son imágenes de otros, grabadas como un hito importante en su memoria. Iconos de masas, víctimas de la era de la reproductibilidad que cuestiona como algo personal y universal de muy distinta manera. Transmisible al resto del mundo como una pregunta: “Disfruto viendo cómo reacciona la gente […] los artistas somos mejores haciendo preguntas que contestándolas”. A nosotros nos toca interactuar con sus recuerdos y decidir si los compartimos, le devolvemos la pregunta o los seguimos desarrollando a través de nuestra propia existencia.  

“A a veces para crear algo nuevo hay que olvidar lo que significa la palabra nuevo”. Muchas de sus obras reproducen las de otros artistas: la Medusa de Caravaggio, la Gioconda de Andy Warhol, el retrato del Che Guevara… pero no como simple reproducción versión o copia, sino como parte de un significado justificado por un elemento esencial en el contexto del momento, y como parte de un estilo personal del que se han apropiado –como una forma de reproductibilidad técnica- centenares de artistas y artesanos callejeros. Hilo, azúcar, espaguetis, chocolate, agujas, arena y hasta nubes. Cualquier materia es válida para aportar simbolismo a la obra. Obras tan efímeras como reproductibles. Con un proceso creativo de ida y vuelta: fotografía, proyección-dibujo-fotografía. El original dibujado desaparece dejando todo el trabajo posterior de comunicación a la fotografía. ¿Fotógrafo? Tampoco se considera uno de ellos. Influido por el arte pop (incluyendo sus inicios en la publicidad), el arte povera, el minimalismo, el foto realismo de Chuck Close, la obra de Joseph Beuys, el cine y los propios recuerdos de su infancia y juventud en Brasil; la obra de Muniz intenta acercarse a todo tipo de personas: entendidas y ajenas al arte, de las clases altas a los más pobres.  


La documentalista londinense Lucy Walker, nominada en dos ocasiones al Oscar, por el documental pertinente y por el corto documental The Tsunami and the Cherry Blossom (2011), es experta en contar caminos vitales, de superación, transición y cambio (Devil's Playground, A ciegas, The Crash Reel). La eterna duda del documentalista ¿involucrarse o no? No es para ella una cuestión: “¿Deben interferir los documentalistas en la vida de las personas objeto de su trabajo? No creo en la objetividad […] Tu presencia está cambiando algo; no hay duda. Y tú tienes una responsabilidad”. Waste Land es una muestra clara de esta filosofía traspasada arte de Vik Muniz, cuya serie de retratos con basura (o material reciclado) de los trabajadores del vertedero de Jardim Gramacho (Río de Janeiro), sirvió para ayudar a estas personas, muchos de ellas metidas entre montañas de basura desde la infancia: “No creo en el arte que se origina en una idea o un mensaje político que luego se vuelve arte. Pensar en hacer arte para defender a los oprimidos, eso no es hacer arte, es hacer política. Si en el camino de hacer arte, de buscar concretar una idea artística, se puede transmitir un mensaje político, eso es otra cosa”. 



El trabajo que muestra el documental Waste Land recuerda a los Niños de azúcar –hito en la carrera del artista-, donde retrató a los hijos de una plantación de caña de azúcar con eso mismo: azucar. Lucy Walker, a quien el tema de la basura, como esta habla del ser humano, su transformación y cambio, así como los grandes espacios en los que se amontona, le llamaba especialmente la atención, rueda con el interés del documentalista, la pasión del cineasta, el cariño de alguien totalmente implicado y el amor por el arte. Casi sin darnos cuenta que estamos caminando hacia delante al son de la banda sonora de Moby: conocemos al artista, el contexto social de Río, la vida de los trabajadores del vertedero, como grupo, dentro de su asociación ACAMJG (the Association of Recycling Pickers of Jardim Gramacho) y como individuos, sus vidas, sus intereses (algunos realmente sorprendentes y todos menormente interesantes), sus sueños… no hay lugar para la pena y la compasión. La dignidad eclipsa el olor de la basura y cualquier vergüenza que pueda conllevar la profesión: no son basureros, trabajan con material reciclable y hacen un bien inmenso a la sociedad y al mundo. Y casi sin darnos cuenta llegamos al final, donde la emoción del proceso artístico (que se viene desarrollando desde el inicio en forma de idea y llega hasta el mismo final de la subasta, la compra, la exposición y la reproducción) se mezcla con la emoción humana. Porque un documental puede emocionar tanto como una película de ficción. Y el arte, como no, es siempre pura emoción.  


Waste Land -en mi opinión, uno de los mejores documentales sobre arte contemporaneo- es una fusión de emociones: la del mejor documental de Lucy Walker, la de una de las obras más interesantes de Vik Muniz y la de una historia de dignidad que nos enseña que la belleza está en cualquier parte. Ya lo decían los pintores realistas: todo es digno de ser pintado.  

“El momento en el que una cosa se transforma es el más bello de los momentos”. Vik Muniz, Waste Land. 



Valoración: 9 / 10 

WASTE LAND (2010) 
Director: Lucy Walker 
Reparto: Vik Muniz, trabajadores de Jardim Gramacho
Género: Documental, fotografía 
Duración: 90 min.

 

lunes, 4 de julio de 2016

CRÍTICA DE DEMOLICIÓN (2015)

10:19:00 0 Comentarios
DEMOLEDOR JAKE GYLLENHAAL 





Wild, título de la anterior película de Jean Marc Vallée, podría serlo también de ésta. Naturaleza salvaje, soledad, rabia, un viaje de superación. La diferencia está en lo metafórico. Porque todo en la vida de Davis Mitchell, según él mismo, es una metáfora. Romper con todo y romperlo todo. Deshacerlo todo. Hacerlo pedazos. Separar cada pieza. Ver el interior. Procesos destructivos como búsqueda de uno mismo. El porqué de la frialdad y la ausencia absoluta de sentimientos. Reacciones espontaneas, inesperadas, desconocidas: metafóricas.  


Wild podría ser también un buen adjetivo para definir los trabajos de Jake Gyllenhaal. Mirada demoledora e inquietante. Frialdad emocional y física. Casi locura. Ojos enormes que arrasan con todo y contienen todo. Aunque no solo los ojos. Entero, demoledor. El día que el hombre dorado se decida por él, no caerá a sus pies, caerá hecho pedazos de vergüenza por no haber llegado antes. Destrozado ante la evidencia de un actor que se merece el reconocimiento desde Donny Darko, y que no para de demostrarlo año tras año: Brokeback Mountain, Prisioneros, Enemy, NightcrawlerY si a su lado ponemos a una Naomi Watts inspirada, poco más hay que decir.  


La simplicidad con la que es contada la película contrasta con la complejidad de la historia como el exterior y el interior del personaje de Gyllenhaal. El mismo contraste lo encontramos en la música (preexistente en su totalidad): de Chopin a “Sweaty Fingers” de Cave, “Psycho” de No Doubt o “Crazy on you” de Heart. Demolición, rabia y búsqueda. Sentimientos, pérdida y…búsqueda. Con el tono extraño y de autor que solo saben dar los canadienses, adaptado al estilo austero y de aire independiente de Vallée, y con leves reminiscencias malickianas. Demolición es una película extraña y difícil, a la vez que profundamente inquietante e intensamente emocional en su frialdad.  


Valoración: 6 / 10 

DEMOLITION, “DEMOLICIÓN” (2015) 
Director: Jean-Marc Vallée 
Reparto: Jake Gyllenhaal, Naomi Watts, Chris Cooper, Polly Draper, Wass Stevens, Judah Lewis, Stephen Badalamenti, Zariah Singletary, Alfredo Narciso, George J. Vezina, Helen Brackel, Ben Cole, Lytle Harper. 
Género: Drama 
Duración: 100 min.

 

domingo, 3 de julio de 2016

CRÍTICA ANTES DE TI (2016)

11:04:00 0 Comentarios
SONRISAS Y LÁGRIMAS 
Por Lucía Pérez García  





Antes de ti habita bajo la misma estrella de intocable, viviendo su propia love story y pensando: si decido quedarme, ahora y siempre, quizás pueda desarrollar una teoría del todo con mi pie izquierdo y un poco de amor. Solo quizás, claro. ¿Conclusión? Millones de pañuelos de papel deshaciéndose por acumulación intensiva de lágrimas y moquillos llorones. Snif, snif. Pocos serán los ojillos curiosos que se acerquen a echar un vistazo y no terminen, al menos, levemente inundados. ¡Malditas historias fabricadas en serie, con extra de glucosa y protagonistas guapos que viven historias trágicas de amor! 


Sin novedad en el frente pero con cierto encanto en forma de felicidad de colorines. Emilia Clarke pasa de reina de dragones a reina su propio país de las maravillas, lleno de trajes pintorescos, sonrisas, pensamientos positivos, y bendita y más feliz todavía inocencia. El agradecido y efectivo esfuerzo de Sam Claffin (con todo el trabajo y el dolor muscular que conlleva un papel de estas características) no le llega, sin embargo, a la suela de los moteados zapatos a uno de los personajes más encantadores, sino el que más, que haya dado el género de la llantina empalagosa. Aunque toda esa felicidad no haga más que ahondar en el resultado final de la emoción incontenida e incontenible y el acto más o menos voluntario de soltar una lagrimita. 


La cuestión no es llorar o no llorar, sino llorar o aguantarse el llanto. Al fin y al cabo, todos tenemos -unos más, otros menos, y otros sin reconocer- un lado cinéfilo bobalicón al que hay que complacer de vez en cuando. Visto lo visto en el género melodramático en cuestión, Antes de ti es una buena propuesta para darse un autoachuchón de color rosa y con un añadido extra de felicidad. 


Valoración: 6 / 10 

ANTES DE TI, “ME BEFORE YOU” (2016) 
Director: Tea Sharrock 
Reparto: Emilia Clarke, Sam Claflin, Matthew Lewis, Charles Dance, Vanessa Kirby, Jenna Coleman, Janet McTeer, Brendan Coyle, Ben Lloyd-Hughes, Hannah Flynn, Amber Elizabeth, Stephen Peacocke, Alexander Cooper, Richard Gouldin, Tony Paul West 
Género: Drama, romántico, discapacidad. 
Duración: 110 min. 


sábado, 2 de julio de 2016

CRÍTICA DE THE EAST (2013)

10:44:00 0 Comentarios
SECTAS, CINE Y BRIT MARLING 
Por Lucía Pérez García 




Me gustan especialmente las películas de Brit Marling. Actriz, guionista, productora y directora (el documental sobre boxeo Boxers and ballerinas, 2004). Incluso cuando la película es mala (Posthumous; Lulu Wang, 2014), su presencia resulta interesante. Nada rimbombante ni llamativa. Una chica normal con mucho talento y muchas ganas de hacer buen cine, con buena gente. Ni superproducciones ni megablockbusters. Cine independiente pero, atención: de género, y de mucha calidad: Otra tierra (Mike Cahill, 2011), Pacto de silencio (Robert Redford, 2012), Orígenes (Mike Cahill, 2014), The better angels (A.J. Edwards, 2014), The Keeping Room (Daniel Barber, 2014)… 


The east es su tercer trabajo como protagonista y coguionista con su amigo Zal Batmanglij. El segundo en el que tratan el tema de las sectas tras Sound of my voice (2011), posiblemente una de las mejores películas sobre el género junto a Martha Marcy May Marlene (Sean Durkin, 2011). Un género que viene de largo: La noche del demonio (Jacques Tourneur, 1957) es un buen ejemplo. Que en aquel 2011, hizo pleno: además de las dos ya citadas, Kill List (Ben Wheatley), Red State (Kevin Smith) o El soldado de Dios (Marc Foster). Qué alcanzó una buena cima con The master (Paul Thomas Anderson, 2012) y la expresión ácida y desencajada de Joaquin Phoenix. Y que todavía sigue dando guerra: Colonia (Florian Gallenberger, 2015), aún sin fecha de estreno en España, o la reciente Acantilado (Helena Taberna, 2016). Y es que las sectas dan para mucho: drama, intriga, terror, fantasía, acción… de todo puede haber dentro de los oscuros entresijos de estos misteriosos grupos. 


The east se cuela directamente en los primeros puestos de la lista. Bien documentada a través de las experiencias reales de Marling y Batmanglij en colectivos anarquistas, mezcla investigación policial, intriga, romance, terrorismo,  drama todo lo que te cabe esperar, o no, de una secta. Austera como todo lo que lleva la firma Marling. Elegante, inteligente, sucia en su limpieza y con un fondo, un objetivo y un desarrollo que mantienen activo y reflexivo al espectador en todo momento. Y con un reparto igualmente “indi” encabezado por la propia Marling, Alexander Skarsgård, otro actor que me interesa especialmente, y Ellen Page, cuya presencia más que interesarme me provoca un leve desasosiego. Lo único que parece salirse del término “indi” es la presencia de Harry Gregson-Williams en el apartado musical, compositor de la saga Shrek o Marte (Ritley Scott, 2015). Pero lo único que desentona es eso, su presencia, porque su música encaja a la perfección en el conglomerado independiente general. 

Ver películas sobre sectas, curiosamente, “engancha”, y The east es una de las que más contribuyen a la adicción. 


Valoración: 8.5 / 10 

THE EAST (2013) 
Director: Zal Batmanglij 
Reparto: Brit Marling, Alexander Skarsgård, Ellen Page, Toby Kebbell, Shiloh Fernandez, Aldis Hodge. Danielle Macdonald, Hillary Baack, Patricia Clarkson, Jason Ritter, Julia Ormond 
Género: Thriller, drama, sectas. 
Duración: 116 min.