EL ÚLTIMO LOBO, “WOLF TOTEM” (2015) JEAN-JACQUES ANNAUD
Reparto: Feng Shaofeng,
Shawn Dou, Ankhnyam Ragchaa, Yin Zhusheng, Basen Zhabu, Baoyingexige.
Valoración: 8.5 / 10
ANNUD BAILA CON EL ÚLTIMO LOBO
Por Lucía Pérez García
Existe el
Spaghetti western, el chili western, el chorizo western, el space wester…Lo
mires por donde lo mires, el punto cardinal de referencia es siempre el oeste. La
brújula utilizada por Jean-Jacques Annaud para rodar ‘El Último Lobo’ tampoco
miraba al norte.
Con un aullido
de sonido crepuscular, el lobo, como el último mohicano de la estepa, lanza su
lamento al cielo. La civilización avanza. La naturaleza, los ancestros, se ven
obligados a retroceder. No hay piedad. Rifles y cazadores de pieles. Ellos
tampoco la tendrán. No tienen flechas, pero tienen colmillos.
Tampoco los
pastores mongoles, nómadas y hábiles jinetes como los indios, pueden quedarse. Enemigos
supervivientes de los lobos, pero hermanos de tierra. El gobierno del este,
como aquellos colonos americanos ansiosos de riquezas y concesiones, invaden y
explotan sin compasión un paisaje virgen cuya muerte ya no es tan futura. Una vez
más, el progreso y la civilización vencen ante el impotente indígena.
En medio, en
esa frontera que tanto da que hablar a los libros de historia se encuentre
donde se encuentre, hombre y animal, animal y hombre, son una misma cosa. Un
lobito, hermano pequeño de aquel Calcetines que bailaba con Kevin Costner; un
estudiante chino, tan ajeno a aquella realidad como el teniente John Dunbar a la de las praderas pawnees, y
una mistad más allá del instinto.
Paisajes de
horizontes infinitos. Cabalgadas, caza e impactantes persecuciones. Casi nos
parece escuchar al ruso Dimitri Tiomkin, quien no hubiera dudado en cambiar por
un momento el desierto de Arizona y las praderas de la Gran Llanura por sus más familiares estepas para componer
una de sus enormes partituras. James Horner, que también conoció el Oeste, y que tan
bien suena a oídos del director francés, no defrauda en su homenaje a la
naturaleza y a su espíritu salvaje. Notas grandes para grandes momentos de
extraordinaria belleza.
Un western con
w de wolf y con la marca inconfundible de un director con las dotes del Doctor
Dolittle para comunicarse con los animales. Ante estos lobos de ojos profundos,
Andrew Serkis no tendría nada que hacer.
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