Animación
Valoración: 9 / 10
Por Lucía
Pérez García
Dragones felicísimos y
dragoncitos más felices todavía. Vikingos galopantes, música emocionante, valles
encantados, reinos de hielo, infinitos e infinitos más allá, hasta el mismo
Valhalla, donde los valientes guerreros descansan en butacas de oro viendo como
sus descendientes siguen entrenando dragones
con más pericia incluso de lo que lo hicieron ellos cuatro años atrás, en el
año 2010 de nuestra era.
Cuatro años. Todo un ciclo
olímpico para entrenar. Para que nadie dijera aquello de segundas partes nunca
fueron buenas. Para que el mundo de la animación no se viniera abajo. Para
dejar en ridículo a esos aviones que se empeñan en volver. Para hacernos soñar
que volamos. Para sacarnos una sonrisa perenne y una lágrima de emoción
musical. Para presentarnos criaturas y personajes encantadores, entrañables, abrazables, graciosíiiiiiiiiiisimos y felices, felices, muy felices. Para enseñarnos cosas maravillosas. Para cantarnos una bonita canción. Para dejarnos con más ganas. Para
dejarnos con ganas de más. A esto le llamo yo un entrenamiento bien
planificado. A esto le llamo yo un buen resultado. Todo un triunfo. Una medalla
de oro más que merecida.
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