Reparto: Aaron Paul, Imogen Poots,
Pierce Brosnan, Toni Collette, Rosamund Pike, Sam Neill, Tuppence Middleton,
Joe Cole, Diana Kent, Mohammed Ali, George Hewer.
Valoración: 3 sobre 5
3, 2, 1…
Por Lucía Pérez García
MARTIN
Pierce Brosnan está lejos de ser mi actor preferido. Para mí, no hay más 007 que Sean Connery y el
resto…en fin, que no. Sin embargo, el
papel de Martin parece escrito para él. Para él o para Hugh Grant, que además
ya protagonizó otra adaptación de una novela de Nick Hornby. En fin, un inglés por otro.
De los cuatro, es el personaje más fiel al libro. Un
presentador de TV venido a menos y con
un pasado un tanto…pedófilo. Un rostro famoso que adora la fama y vive como tal.
Quizás le falte un empujoncillo. No por la azotea, sino un empujón dramático
que haga ver que es un suicida potencial. El más fiel en el pellejo perfecto,
pero el menos creíble.
MAUREEN
Y derrepente llega Maureen, la madre solitaria con un
hijo discapacitado. Toni Collete consigue llegar al corazón. Aunque cierto es
que el hijo ayuda bastante. Los momentos más tristes son suyos. Quizás por eso
es por la que más nos alegramos al final. Estamos deseando que le pase algo
bueno, que su vida cambie de verdad. La forma de vestir, el peinado, los
gestos. Todo delata su personalidad. Con algún que otro cambio en su historia,
pero perfecta.
JEES
Es la parte cómica del grupo. La que saca las sonrisas, y
las risas. Aunque aquí le dan un punto algo más sentimental. Una chica alocada,
extrovertida, sin pelos en la lengua y con más ganas de vivir de las que cree. Imogen
Pots es otro acierto de casting. Es como un bicho inquieto cuyos defectos son
más por llamar la atención que por maldad. Su padre, Sam Neill, completa en
cierta forma su personaje con un aire cómico e inocentón que borra todo lo que
de malo pueda tener el personaje.
J.J.
Es imposible no asociar a Aaron Paul con una caravana, lo
cual no sé si le hace más mal que bien. Hay un antes y un después de Breaking Bad para él. Lo malo es que el
después ha quedado demasiado marcado. Aun así, es de los cuatro el que más
interioriza el personaje. Si tuvieras que apostar por uno, sin duda apostarías
a que es J.J. el que se va a tirar
primero. Nunca nos dice el porqué de su depresión, pero se ve a leguas que algo
le pasa. Si no has leído el libro quizás puedas intuirlo por los detalles que
van salpicando la trama, pero difícilmente sacarás en claro más que él mismo.
Junto a Jees, son los que más varían respecto a la novela. No en esencia. El
espíritu es el mismo. Lo que cambian son los acontecimientos. Cosas que pasan
aquí y no allí, pero que son inevitables para darle el carácter cinéfilo que
necesita toda película.
Viniendo de Pascal Chaumeil, es de esperar salir del cine
con una sonrisa de oreja a oreja. Aquel que nos llevó a la luna y nos hizo
recorrer la sabana africana hasta la misma Rusia, pasando por París; nos lleva
ahora a un viaje por la psicología humana, de Noche Vieja San Valentín. Dentro de lo peliagudo de un
tema como el suicidio y la depresión, consigue tocar el drama y la comedia a
partes iguales. La película tiene otros aciertos, como la división de la
historia en cuatro partes, una narrada desde el punto de vista de cada
personaje (siguiendo en cierta forma la organización del libro), o las
canciones, cuya letra es parte de la trama (I
Will Survive…). Dejando un poco de lado las libertades del guión a la hora
de darle un sentido más cinematográfico, se echa en falta, quizás, un puntito
más de locura. No del tipo psiquiátrica,
por su puesto. Creo que a partir de ahora nos lo pensaremos dos veces antes de
tirarnos de lo alto de un edificio.
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