sábado, 27 de julio de 2013

# acción # ciencia ficción

CRÍTICA PACIFIC RIM (2013)

PACIFIC RIM (2013), GUILLERMO DEL TORO

Reparto: Charlie Hunnam, Rinko Kikuchi, Idris Elba, Charlie Day, Ron Perlman, Clifton Collins Jr., Burn Gorman, Rob Kazinsky, Max Martini, Diego Klattenhoff, Santiago Segura

Valoración: 8 / 10


DE CÓMO MAZINGUER Z SE FUSIONÓ MENTALMENTE CON AFRODITA A PARA LUCHAR CONTRA GODZILLA Y RESULTÓ UNA PELEA ENTRENIDA
Por Lucía Pérez García

Antes que nada, quiero hacer un pequeño manifiesto personal contra las películas en 3D:
1.      Ya lo intentó Hitchcock allá por los 50 y no funcionó…y yo no me fío de lo que no funciona con Hict.
2.      Produce molestias en los ojos, o al menos a mí. No sé, será la poca costumbre.
3.      No es útil para planos y encuadres cortados. Me explico, no me vale que se salga de la pantalla media figura. O aparece de cuerpo entero, o parece que está descuartizada.
4.      No consigue en ningún momento meterte dentro de la película (prefiero el efecto de las pantallas ovaladas)
5.      Los pocos momentos en los que realmente es efectivo (como aquí el momento nieve o el momento pececillos nadando al principio), te distraes demasiado con los efectos (yo perdí por un momento el hilo de la explicación inicial por querer buscar a Nemo…)
6.      No entiendo qué sentido tienen los subtítulos en 3D…

Y ahora ya puedo empezar, o mejor dicho, continuar, con mi crítica normalmente. Pues eso.

Últimamente me he llevado alguna que otra sorpresa positiva en el cine. Ya el otro día comenté mi experiencia con Llévame a la luna, comparándola con la que tuve cuando vi Un lugar donde refugiarse hace unos meses. Pues ahora, por segunda vez en una semana, alguien ha querido sorprenderme. Y ese alguien ha sido Guillermo del Toro. ¿Quién iba a pensar que una película sobre robots gigantescos en plan Mazinguer Z que luchan contra monstruos que salen del océano pudiera resultarme tan entretenida? ¿Cómo es posible que en dos horas ni si quiera me acordara de mirar el reloj? Pues aun no lo sé, pero el caso es que una vez digerida la película sigo manteniendo mi opinión e, incluso, he subido un poco la nota (cosa que me suele pasar muy a menudo. Será que tengo muy buena digestión).
Creo que el truco está en la disposición. No puedes ir al cine pensando: buaf…una película de robots…hay que meterse en su mundo. Si, en el de los robots, y comprenderlos un poco más.  Comprender que en una película de estas características no vas a encontrar diálogos memorables, historias profundas, actuaciones que te hagan llorar, etc, etc…pero que, en compensación, te van a deleitar con grandes efectos y detalles visuales, luchas impactantes, todo tipo de planos y, sobre todo, mucha, mucha fantasía y entretenimiento. Y comprender que no por ello es una película peor, sino diferente. No le puedes pedir a un filete de ternera que sepa a galletas de chocolate, pero puedes disfrutar de ambos con las mismas ganas.

El argumento no es tan complicado como en otras películas de ciencia ficción donde se las dan de sabiondos en sus discursos iniciales y finales. La película trata, si, otra vez más, por si no tuviéramos bastante este año, de frenar el apocalipsis, que esta vez viene de mano de unas enormes y feas criaturas que salen del océano través de una grieta y se dedican a arrasar todas las ciudades a orillas del Pacífico, desde Alaska hasta Hong Kong, pasando por Australia o Manila. Para intentar combatir a estos monstruos, llamados kaiju, se crean unos super robots, los jaeguers, que son manejados desde el interior por dos pilotos, los cuales tienen que ser compatibles para poder fundirse mental y físicamente mediante un procedimiento llamado deriva. Y como toda historia, tiene sus héroes, que no son otros que la pareja formada por Raleigh Becket (Charlie Hunnam) y Mako (Rinko Kinuchi) los cuales van a descubrir que tienen más en común de lo que piensan. Alrededor de ello, toda una serie de personajes secundarios, cada uno con su pequeña historia, que animan este ambiente apocalíptico, mucho más liviano y positivo, e incluso divertido en ocasiones, de lo que nos tienen acostumbrados.

Pacific Rim tiene mucho de todo. En primer lugar, y como no podían ser de otra forma, tiene mucho de Guillermo del toro, empezando por el actor Ron Pelman y el director de fotografía Guillermo Navarro, y pasando por las escenas en lugares subterraeos (la grieta), la preponderancia del color ambar, los bichos (los parásitos de los kaiju) o las influencias paternas en algunos personajes (Max Martini y Rob Kazinsky). En segundo lugar, tiene mucho, muchísimo del cine japonés de los 50, aquel que tras el gran impacto provocado por la explosión nuclear recreaba criaturas mutantes afectadas por la radiación que se empeñaban en destruir el planeta (la palabra kaiju, los propios kaiju, los actores japoneses,  la ciudad de Hog Kong…). En tercer lugar, recuerda bastante al mundo de los videojuegos, los comics y los dibujos animados: Mazinguer Z, los Power Rangers, Transformers e, incluso me acaba de decir un pajarito que existe por ahí una historieta de Super López  y el Super Grupo donde aparece Godzilla atacando Barcelona y un robot gigantes que habla japonés. Y, por último, a mi me recuerda también a las películas de dinosaurios y a aquellas películas de terror de los 40 donde se mezclaban todo tipo de monstruos para luchar entre ellos. Solo con eso, ya hay para entretenerse buscando influencias. Y por buscar, terminas encontrando hasta a Torrente… ¿este hombre y su acento gangoso están en todas partes? Me inquieta un poco…
A parte de todas esas notas cinéfilas, la película tiene otros atractivos. La música de Ramin Djawadi es interesante y se adapta perfectamente al ritmo, a las imágenes y a la historia (el leit motiv me pareció bastante bueno) BSO Pacific Rim. Los efectos (quitando el 3D), quizás se pasen un pelín, pero en conjunto no resultan tan desagradables como cabría esperarse, teniendo en cuenta a que nos estamos enfrentando, aunque quizás abuse demasiado de la estética de video juego. Y tengo que destacar la escena de la pequeña Mako (Rinko Kikuchi), porque la actuación de la niña me ha parecido impresionante. Además, es un guiño a El laberinto del fauno, del mismo Guillermo del Toro, por si a estas alturas alguien dudara aun de que su firma.
En fin, lo dicho, yo le doy 7 de media. Pero la nota más alta, por mi parte, se la lleva Charlie Hunnam. Quizás por eso no despegue los ojos de la pantalla…

Juzguen ustedes.

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