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sábado, 27 de agosto de 2016

CRÍTICA DE PETER Y EL DRAGÓN (2016)

11:07:00 0 Comentarios
CORAZÓN DE DRAGÓN, DRAGÓN CON CORAZÓN 
Por Lucía Pérez García 





No hace falta que la brújula señale el norte para encontrar dragones. Están en cualquier parte. Reales o no. Grandes y fuertes. Más cuanto mayor sea la imaginación. Más, normalmente, cuanto menor la edad del fantasioso, o cuanto más feliz sea, sin importar los años. Nacidos de leyendas y mitos. Han conocido princesas, caballeros, reyes, enanos, elfos, santos medievales… incluso a Dennis Quaid y, ahora también, a Robert Redford. Creerlo y verlo es sueño. Sueño es igual a plenitud, alegría y paz. 


No es necesario que la brújula señale la dirección del cine. Un dragón puede guiarte. Llevarte en volandas hasta la misma butaca y recogerte a la salida. Educado, espera fuera para no dejar a nadie sin sitio. Invisible, se camufla y espera paciente sabiendo que su amigo cinéfilo ha hecho un buen trabajo. Hoy, todos los valientes que han osado internarse en el bosque para buscarlo obtendrán su recompensa. Ese tesoro que guardan todos los dragones del mundo y que Elliot trae en forma de felicidad.  

David Lowery (Un lugar sin ley, 2013) recogió la brújula que dejó olvidada en un cajón aquel dragón que en 1977 bailaba al son de las canciones de su amigo Pedro, y en lugar de utilizarla para ir en su busca, decidió limpiarla y pulirla. La nueva brújula le señaló una dirección diferente. Por el camino, pensaba en Mogli y Baloo de El libro de la selva (Wolfgang Reitherman, 1967), en los dinosaurios de Parque Jurásico (Steven Spielberg, 1993). Pensaba, según él, en la amistad de Mi vecino Totoro (Hayao Miyazaki, 1988), El viaje de Chihiro (Hayao Miyazaki, 2001) o El corcel Negro (Carrol Ballard, 1979), y en el bosque misterioso de La bruja (Robert Eggers, 2015). Y pensando, pensando llegó a su destino. Un lugar reinventado donde todo era diferentemente lo mismo, e incluso mejor. 



Tan solo la música se perdió en esta larga travesía y siguió una senda totalmente distinta. No por distinta equivocada, pues al final acabó reuniéndose con la expedición y metiéndose en cada una de sus mochilas. Misterio, aventura, diversión, magía, algo de miedo, y mucha, mucha, mucha amistad, alzando el vuelo como un dragón en plena Edad Media. Así son las notas de Daniel Hart.

Una nueva dirección, un nuevo sentido, pero el mismo lugar. Un dragón que no baila pero que es tan feliz y abrazable como su hermano mayor, y mucho más impresionante –técnica y avances mediante- que aquel, sin perder su encanto. Tan clásico y tan nuevo. Tan divertido, espectacular, lleno de aventuras y buenas intenciones que podía ser de Disney y de Spielberg (Estornudo incluido) a la vez. Y, por si fuera poco, con Robert Redford (muy atento, y acertado, a no correr en esta ocasión) y Bryce Dallas Howard (no hay película de esta mujer que no me guste). 

Niños volando durante la película. Madres llorando de bonito. Yo explorando las calles en busca de dragones a la vuelta del cine. Aplausos. ¿Ya? ¿Qué corta, no? 



Valoración: 8.5 / 10 

PETER Y EL DRAGÓN, “PETE’S DRAGON” (2016) 
Director: David Lowery 
Reparto: Oakes Fegley, Bryce Dallas Howard, Oona Laurence, Robert Redford, Michael C. Hall, Wes Bentley, Craig Hall, Karl Urban 
Género: Fantasía, remake 
Duración: 102 min. 


lunes, 4 de noviembre de 2013

CRÍTICA PACTO DE SILENCIO, "THE COMPANY YOU KEEP" (2012)

11:41:00 0 Comentarios
PACTO DE SILENCIO “THE COMPANY YOU KEEP” (2012), ROBERT REDFORD

Reparto: Robert Redford, Shia LaBeouf, Nick Nolte, Julie Christie, Richard Jenkins, Chris Cooper, Susan Sarandon, Sam Elliott, Anna Kendrick, Brendan Gleeson, Terrence Howard, Brit Marling, Stephen Root, Stanley Tucci, Jackie Evancho

Valoración: 7 / 10

CON ROBERT REDFOR NO HAY SILENCIO QUE VALGA
Por Lucía Pérez García

En un futuro no muy lejano, las clases de historia de las escuelas de Estados Unidos se impartirán a base de sesiones de cine por cortesía de Robert Redford. Desde Tal como éramos hasta Pacto de Silencio, pasando por Los tres días del cóndor El candidato, Todos los hombres del presidente o Leones por corderos; todas sus películas, tanto de actor como de director, hablan de algún aspecto de la vida americana, más o menos radical y más o menos polémico, pero siempre político: la CIA, el escándalo Watergate, la trastienda de los candidatos a las elecciones, la oposición a la Guerra de Vietnam o de Irak, la situación del periodismo, las revoluciones de los 60 y 70…en fin, un resumen a su manera de la historia norteamericana de la segunda mitad del siglo XX.
Pacto de silencio, la novena película como director de Redford, es una adaptación de la novela de Neil Gordon, que nos habla sobre el movimiento izquierdista Estudiantes por una Sociedad Democrática (SDS), activo en los década de los 60 y principios de los 70, el cual luchaba por el derrocamiento del gobierno y el fin de la Guerra de Vietnam. La historia se centra en el grupo radicalista conocido como Weather Underground cuyos integrantes, treinta años después y desde sus nuevas vidas como fugitivos, quisieron retomar la lucha y los actos violentos.
A esta historia Redford añade otros ingredientes que aumentan el interés. En primer lugar, el reparto, encabezado por él mismo y por un Shia LaBeouf que ha pasado de buscar calaveras de cristal a seguir la pista de un ex terrorista (y es que Indi era muy buen profesor) y lleno de viejas y nuevas caras más que conocidas, y premiadas. Y, en segundo lugar, la trama periodística, que recuerda, y mucho, a las peripecias de Redford y Hoffman en Todos los hombres del presidente e incluso, como dice el propio director, a las de Jan Valjean y Javert de Los miserables.
El argumento está bien construido. Ni lenta, ni rápida, con el ritmo justo y dejando pequeños detalles para el final, pero quizás le falte un poco de tensión. Quizás los fallos más visibles vengan de parte del propio Reford, quien a sus 76 años no cuela por un hombre de 50 (su hija parece su nieta) y al que alguien le debería de haber dicho que ya no está para muchos “trotes” (¡Dios mío! esa técnica de carrera…). Pero ello no resta interés a una película que de principio a fin te atrapa por un no se qué, que no se lo que es, pero que Redford siempre consigue, tenga la edad que tenga. Él mismo lo dice en la película: <<No me he cansado, he cambiado>>, y que el cambio siga siendo para bien (desgraciadamente aquí no entra la parte física).