Reparto: Carmina Barrios, María León,
Paco Casaus, Yolanda Ramos, Estefanía de los Santos, Manolo Solo, Mari Paz
Sayago.
Valoración: 7.5 / 10
QUE DIOS NOS COJA CONFESADOS
Por Lucía
Pérez García
Es aparecer Carmina y reventar la sala a carcajadas. Lo mismo
da que se le muera el marido y que le venga desgracia tras desgracia. Las penas
con pan son menos. Las penas con Carmina hacen llorar, pero de risa.
Carmina o Revienta tenía
gracia. Era una cosa extraña. Por un lado te llegaba a dar cierto repelús,
incluso algo de asco. Pero por otro te gustaba. Y es que lo escatológico tiene
su no sé qué. Es como la mosca puñetera que se cagó en la carretera. Pocas
cosas hay peores que una mosca, pero lo que nos gusta de ella es precisamente
el hecho de que se cagara, y en todo el medio de la carretera. Casi rezamos
para que no le atropelle un coche. Pobre mosca. Pues lo mismo pasa con Carmina.
La muy puñetera…
Entonces llegó Carmina
y Amén. Que Dios nos coja confesados. Y es que Carmina ya provoca cierto
respeto. Se lo ha ganado. Pobre de aquel que se cruce con Carmina, pero pobre también
del que cierre los ojos para no verla y se tape los oídos para no escucharla.
No hay color. La mosca ha evolucionado y se ha convertido en un moscardón de
esos de color verde brillante. Carmina es más puñetera aún (hay que serlo para
conservar a tu marido muerto en el salón durante dos días para cobrar la paga extraordinaria),
pero también es más brillante. Brillante en todos los sentidos de la palabra: desde
su actuación hasta su forma de ver la vida, pasada siempre por el filtro del
humor negro, marca de la casa.
Y vaya casa. Nunca una mesa camilla reunió a su alrededor
a un elenco de personajes tan peculiares (y frases tan hilarantes e inolvidables). Todos son geniales, pero la vecina
que se sigue creyendo amiga de la reina Sofía y el personaje de Yolanda Ramos y
sus historias de chochos colgones, sobrepasan el límite de lo genial para alzarse
a la categoría de iconos. Y en ese alzamiento les estará esperando Carmina en
su apoteosis, para llevárselas consigo a donde quiera que vaya a partir de
ahora.
Esta metamorfosis convierte a Paco León, definitivamente,
en un cineasta a tener en cuenta. Carmina
y Amén es ya una película en toda regla. El experimento es el mismo, pero
va por otros derroteros, siempre hacia delante. Extraordinario, inteligente, y
sevillano. Paco León se merece toda la buena crítica y la buena acogida que
está teniendo (y mi agradecimiento por invitarme al cine). Lo que venga en el
futuro asusta. Pero cuando se trata de cine, los sustos nunca están de más.
Vi la primera y no me pareció mala, pero tampoco me gusto, aunque me dejo con ganas de más y si la pintas tan bien es porque tiene que ser buena así que la vere =)
ResponderEliminarEs diferente ala primera. No es tan bastota y te ríes un montón. Ya verás =)
EliminarCon la primera me reí y eso es lo que espero de esta. No pude ir al cine el día gratis, ¿Qué tal funciono el experimento?
EliminarPues en el cine donde yo fui había dos salas y las dos hasta arriba. El resto de salas estaban casi vacías. Y luego, los otros días que he ido al cine, casi todos los que tenía delante en al cola iban a Carmina y Amen, así que el experimento creo que perfecto. Y la verdad, te vas a reír si o si. Hablan mucho de 8 apellidos vascos, pero yo me reí muchísimo más con esta. Además, es bueno que hayas visto la primera porque así entenderás mejor algunas cosas. En serio, tienes que verla.
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