Reparto: Toni Servillo, Carlo Verdone,
Sabrina Ferilli, Serena Grandi, Isabella Ferrari, Giulia Di Quilio, Luca
Marinelli, Giorgio Pasotti, Massimo Popolizio
Valoración: 9 / 10
EL TORMENTO Y EL ÉXTASIS
Por Lucía Pérez García
Quizás
para encontrar la belleza no hay que irse muy lejos, porque la belleza puede
estar en todas partes. Pero el que busca la gran belleza, ese, está destinado a
vivir rodeado de fealdad. Sin embargo, ¿Quién dijo que en la fealdad no puede
ser bella?
Sorrentino,
grandilocuente, nostágico, encuentra la gran belleza en lo más bajo. Roma es
enorme. Todo lo que sube, baja. Cuanto más se sube, más duele la caída. Roma ha
sido el ombligo del mundo. Los ombligos son arrugados. La arruga es bella. La
belleza es fugaz. Viene y se va en un instante. Un instante que es la raíz de
que alimentará toda una vida. Una vida que, en su búsqueda de la belleza, irá
ganando en fealdad.
Como
en Roma, La gran belleza es, antes
que nada, arte. Con sus más y sus menos, pero arte. Una historia que más que
historia es una vanitas de sí misma. La del periodista Gep Gambardella (Toni
Servino), escritor de una sola obra y testigo de primera mano de una humanidad
en decadencia. El motor de su vida es un segundo de amor. El segundo más bello
del mundo. Un segundo por el que ha vivido 65 años y que ya no volverá, porque
ha pasado a aumentar la montaña del reloj de arena que nunca descansa. Polvo
eres y en polvo te convertirás.
Y
en ese pasar del tiempo; en ese marchitar de lo bello, es cuando se da cuenta
de que hay que seguir avanzando si realmente se quiere encontrar esa gran
belleza. En el camino habrá de todo: performances desfasadas, niñas poseídas
por el espíritu de Jackson Pollock en su versión más terrible, fotografías de
una vida, charlas pseudointelectuales, personajes consumidos, enajenados;
personajes eternos, surrealismo felliniano, Fellini 8 ½… y ese todo, filmado con una cámara que parece
deslizarse por un manto de seda; que se mueve con una suavidad y una soltura
magistrales; está destinado a perderse en los laberintos de la gran belleza,
aunque quizás esos laberintos sean demasiado inextricables como para encontrar
rápidamente la salida.
Es
el tormento de saber que se ha perdido la belleza, y el éxtasis de recuperarla.
Es, sobre todo, CINE, lo que es igual a decir BELLEZA.
Espero que Toni Servillo tenga más diálogo que en su discurso de los EFA. Jajaja.
ResponderEliminarhombre, eso no es muy difícil jajaja
ResponderEliminarMagnífica entrada Lucía, esa belleza de la que habla Sorrentino está perfectamente explicada.
ResponderEliminarRecuperar o por lo menos no perder la belleza, que difícil es, y que necesario.
Un abrazo.
Gracias! me tuve que exprimir un poco la cabeza, pero ahí está la "belleza" de hacer critica ¿no? jaja
ResponderEliminarY tan difícil como como no perder la belleza, es aprender a apreciarla en su totalidad, y creo que Sorrentino nos da una buena lección en ese aspecto.
Un abrazo