miércoles, 11 de septiembre de 2013

# Bradley Cooper # drama

CRÍTICA CRUCE DE CAMINOS "THE PLACE BEYOND THE PINES" (2012)

CRUCE DE CAMINOS “THE PLACE BEYOND THE PINES” (2012), DEREK CIANFRANCE

Reparto: Ryan Gosling, Bradley Cooper, Eva Mendes, Dane DeHaan, Emory Cohen, Ray Liotta, Rose Byrne, Ben Mendelsohn, Bruce Greenwood, Mahershala Ali, Olga Merediz, Craig Van Hook, Gabe Fazio, Robert Clohessy, Luca Pierucci, Anthony Pizza, Kayla Smalls

Valoración: 6.5 / 10

MÁS ALLÁ DE LOS PINOS...RYAN GOSLING
Por Lucía Pérez García

Un lugar más allá de los pinos. Un lugar de hermosos paisajes y eternos atardeceres. Un lugar melancólico y gris que te deja la marca indeleble de la tristeza reflexiva. Un lugar, Schenectady, donde corres el peligro de perderte y cruzar por el camino equivocado.
Cianfrance mantiene, en cierta medida, el ambiente de Blue Valentine, pero cambia el azul por el verde. Un verde que tanto se podría referir a la putrefacción como a la esperanza, pues los personajes de Cruce de caminos, que a primera vista son miserables, corruptos, egoístas y vengativos; se mueven en el fondo por valores tan opuestos como el amor, la empatía, la compasión y el arrepentimiento Esto hace de los protagonistas hombres complejos y contradictorios consigo mismos, pero hombres al fin y al cabo, con sus cualidades y sus defectos. Sus actos pueden resultar incomprensibles e impulsivos, pero sus motivos son nobles: la familia. Sin embargo, el fin no justifica los medios y todos ellos terminan perdidos en un cruce de caminos, allá, en un lugar más allá de los pinos.
Como en otras tantas películas: La ronda, Balbel o 360º; se cuentan varias historias conectadas entre sí por algún suceso. Sin embargo, mientras que en aquellas se daba una unidad de tiempo, aquí se apuesta por la unidad de lugar. Las tres historias de Cruce de caminos transcurren en un mismo sitio (la ciudad de Schenectady) pero se desarrollan a lo largo de quince años, mientras que en las anteriores se narraban historias ocurridas en diferentes lugares del mundo, en un mismo momento. Aun así, en todas se termina cerrando el círculo, con mayor o menor acierto, y dejando una puerta abierta a un futuro más positivo (Ryan Gosling, en una de sus entrevistas,  comparaba esta película con  The red and the White (yo no la he visto, pero si él lo dice me lo creo), la cual empezaba siguiendo al vida de un soldado, para luego seguir la del hombre que lo mata y así sucesivamente. Pues eso).
De las tres historias, la primera es, en mi opinión, la más interesante y la mejor construida (cierto es que es la desencadenante de todo el argumento). Ryan Gosling en un registro parecido al de Drive, vuelve a mostrar esa mirada fría y esa expresión impertérrita, mezclada con su sonrisa tímida y algunos momentos dulces, que hacen de su personaje (Luke Glanton) alguien tan intimidante como atrayente. El plano secuencia inicial es impresionante, como lo es la presencia de un Ryan Gosling en su faceta más arrebatadora: sin bigote, con unas cuantas horas de entrenamiento, lleno de tatuajes y con un leve toque macarrilla. Quizás se echen en falta algunos minutos más en pantalla de este actor que yo considero el mejor del momento.
La segunda historia (cuyo enlace con la primera no voy a contar para noarruinar la película), con Bradley Cooper como protagonista, es algo más floja, aunque no deja de profundizar en la naturaleza humana. Si Gosling se metía en el fango para mantener a su hijo, Cooper, reconcomido por los remordimientos y acuciado por un instinto paternal que estrangula su conciencia, tendrá que recurrir a estratagemas cuestionables para salir de su agonía mental y reestructurar de alguna forma el daño que ha hecho.
En cuanto a la tercera, conectada con las anteriores por un hilo diferente, es la más previsible, aunque sirve perfectamente para cerrar el círculo argumental, con un plano final bastante acertado. La actuación de Dane DeHaan (Lincoln, Chronicle), cuyo papel tampoco voy a desvelar, es bastante buena, sobresaliendo por encima de la de su compañero Emory Cohen.
En general, es una buena película con atmósfera de cine independiente y con un reparto de lujo en el que no desentonan nadie (quizás Eva Mendes es la más flojita). La cámara en mano y los primeros planos absorbentes de los protagonistas consiguen transmitir de manera impactante las emociones y motivaciones de los protagonistas. Los paisajes y al fotografía aumentan el tono melancólico que ya de por sí tiene toda la cinta. Y la música, sin ser lo más destacado, termina por perfilar una película, literalmente, redonda. Eso sí, te deja una regusto triste que aun conservas al día siguiente de verla.



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