Reparto: Ryan Gosling, Bradley
Cooper, Eva Mendes, Dane DeHaan, Emory Cohen, Ray Liotta, Rose Byrne, Ben
Mendelsohn, Bruce Greenwood, Mahershala Ali, Olga Merediz, Craig Van Hook, Gabe
Fazio, Robert Clohessy, Luca Pierucci, Anthony Pizza, Kayla Smalls
Valoración: 6.5 / 10
MÁS ALLÁ DE LOS PINOS...RYAN GOSLING
Por Lucía Pérez García
Un lugar más allá de los pinos. Un lugar de hermosos
paisajes y eternos atardeceres. Un lugar melancólico y gris que te deja la
marca indeleble de la tristeza reflexiva. Un lugar, Schenectady, donde corres
el peligro de perderte y cruzar por el camino equivocado.
Cianfrance mantiene, en cierta medida, el ambiente de Blue Valentine, pero cambia el azul por
el verde. Un verde que tanto se podría referir a la putrefacción como a la
esperanza, pues los personajes de Cruce
de caminos, que a primera vista son miserables, corruptos, egoístas y
vengativos; se mueven en el fondo por valores tan opuestos como el amor, la
empatía, la compasión y el arrepentimiento Esto hace de los protagonistas
hombres complejos y contradictorios consigo mismos, pero hombres al fin y al
cabo, con sus cualidades y sus defectos. Sus actos pueden resultar
incomprensibles e impulsivos, pero sus motivos son nobles: la familia. Sin
embargo, el fin no justifica los medios y todos ellos terminan perdidos en un
cruce de caminos, allá, en un lugar más allá de los pinos.
Como en otras tantas películas: La ronda, Balbel o 360º; se cuentan varias historias
conectadas entre sí por algún suceso. Sin embargo, mientras que en aquellas se
daba una unidad de tiempo, aquí se apuesta por la unidad de lugar. Las tres
historias de Cruce de caminos transcurren
en un mismo sitio (la ciudad de Schenectady) pero se desarrollan a lo largo de
quince años, mientras que en las anteriores se narraban historias ocurridas en
diferentes lugares del mundo, en un mismo momento. Aun así, en todas se termina
cerrando el círculo, con mayor o menor acierto, y dejando una puerta abierta a
un futuro más positivo (Ryan Gosling, en una de sus entrevistas, comparaba esta película con The red
and the White (yo no la he visto, pero si él lo dice me lo creo), la cual
empezaba siguiendo al vida de un soldado, para luego seguir la del hombre que
lo mata y así sucesivamente. Pues eso).
De las tres historias, la primera es, en mi opinión, la
más interesante y la mejor construida (cierto es que es la desencadenante de
todo el argumento). Ryan Gosling en un registro parecido al de Drive, vuelve a mostrar esa mirada fría
y esa expresión impertérrita, mezclada con su sonrisa tímida y algunos momentos
dulces, que hacen de su personaje (Luke Glanton) alguien tan intimidante como atrayente.
El plano secuencia inicial es impresionante, como lo es la presencia de un Ryan
Gosling en su faceta más arrebatadora: sin bigote, con unas cuantas horas de
entrenamiento, lleno de tatuajes y con un leve toque macarrilla. Quizás se
echen en falta algunos minutos más en pantalla de este actor que yo considero
el mejor del momento.
La segunda historia (cuyo enlace con la primera no voy a
contar para noarruinar la película), con Bradley Cooper como protagonista, es
algo más floja, aunque no deja de profundizar en la naturaleza humana. Si
Gosling se metía en el fango para mantener a su hijo, Cooper, reconcomido por
los remordimientos y acuciado por un instinto paternal que estrangula su
conciencia, tendrá que recurrir a estratagemas cuestionables para salir de su
agonía mental y reestructurar de alguna forma el daño que ha hecho.
En cuanto a la tercera, conectada con las anteriores por
un hilo diferente, es la más previsible, aunque sirve perfectamente para cerrar
el círculo argumental, con un plano final bastante acertado. La actuación de
Dane DeHaan (Lincoln, Chronicle),
cuyo papel tampoco voy a desvelar, es bastante buena, sobresaliendo por encima
de la de su compañero Emory Cohen.
En general, es una buena película con atmósfera de cine
independiente y con un reparto de lujo en el que no desentonan nadie (quizás
Eva Mendes es la más flojita). La cámara en mano y los primeros planos
absorbentes de los protagonistas consiguen transmitir de manera impactante las
emociones y motivaciones de los protagonistas. Los paisajes y al fotografía
aumentan el tono melancólico que ya de por sí tiene toda la cinta. Y la música,
sin ser lo más destacado, termina por perfilar una película, literalmente,
redonda. Eso sí, te deja una regusto triste que aun conservas al día siguiente
de verla.
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