domingo, 14 de abril de 2013

# ciencia ficción # distopía

CRÍTICA OBLIVION (2013)


OBLIVION (2013) JOSEPH KOSINSKY                

Reparto: Tom Cruise, Nicolaj Coster-Waldau, Morgan Freeman, Olga Kurilenko, Melissa Leo.

Valoración: 2 sobre 5


APOCALIPSIS… ¿NOW?
Por Lucía Pérez García

No entiendo esa obsesión compulsiva de destruir la tierra y acabar con la humanidad. Y lo que tampoco entiendo es porque la exclusiva del fin del mundo la tiene que tener siempre Nueva York. ¿Es que el resto del planeta no tiene derecho a protagonizar su propio apocalipsis? Pues parece ser que no (España al menos está visto que no tiene mucho que decir al respecto…y hasta aquí puedo leer). Ellos sabrán. Fueron los últimos en incorporarse al mapa y serán los primeros en ser borrados del mismo. Es lo que tiene ser una gran ciudad, que los meteoritos y los extraterrestres impactan antes en un rascacielos que en una casita de pueblo, por aquello de la altura…o del dinero. En fin, que no hemos salido aun del calendario maya cuando ya no están bombardeando con nuevas profecías. Qué cansinos.
La película, en principio, tiene buenas intenciones. Pero una intención, para que sea buena, tiene que ser clara. Porque una intención borrosa es no es más que un tachón, que deja entrever lo que hay debajo, pero no deja entenderlo. Y es que aquí, por mucho que te machaquen con explicaciones filosóficoéticomorales, una de dos, o acabas hecho un lío, o terminas echándote una siesta, a lo cual contribuye bastante el gris azulado del paisaje y la desesperante lentitud de la acción. Aunque con la estrafalaria música cibernética y los monótonos pi-pi-pi de las maquinas futuristas (espero que no futuribles), no es tan fácil conciliar el sueño.
En mi caso, como tengo el sueño ligero y no puedo dormir sentada, no he tenido más remedio que pasarme las dos horas que dura la película (si…dos horas enteritas con sus 120 minutos) buscando algo con lo que entretenerme mientras le daba vueltas a la cabeza. Y el caso es que lo encontré. Y menos mal, porque un poco mi cerebro crea su propio apocalipsis mental.
El caso es que, siendo yo poco partidaria de los efectos especiales modernísisisisismos con los que nos bombardean ahora continuamente, creo que, en este caso, son precisamente lo mejor de la película. Y no es de extrañar cuando descubrimos que el director de fotografía es Claudio Miranda, reciente ganador del Oscar por La vida de Pi, y que el mismo director, Joseph Kosinsky, proviene del mundo de la arquitectura.
Sin más, y dejando de la lado las comparaciones y similitudes (pues no acabaríamos nunca), solo queda esperar que nuestro futuro no esté en manos de esta versión reencarnada del “equipo actimel”. ¡Sálvanos Dios mío!…que diga, ¡sálvanos Morgan Freeman!

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