sábado, 15 de diciembre de 2018

# baile # Biopic

ENCUENTRO CON RALPH FIENNES Y CRÍTICA DE THE WHITE CROW (2018)

ENCUENTRO CON RALPH FIENNES 



No eran ni las ocho de la mañana cuando, pasando a toda prisa frente al Parque de María Luisa –yo que nunca leo los carteles, porque siempre voy leyendo…-, veo de reojo: RALPH FIENNES, precedido por algo así como “encuéntrate con”. Pensé que era publicidad subliminal de mi subconsciente. Lo próximo sería: “Baila con lob… con Kevin Costner”. Pero como no me acababa de fiar -uno nunca puede fiarse del todo de su voz de la inconsciencia- volví a mirar. Cosa insólita en mí, me paré. Ni subconsciente ni subconsciento. ¡Ralph Fiennes viene a Sevilla a recibir el premio a su trayectoria en los Premios del Cine Europeo y a pasar un rato con nosotros, y yo voy a estar allí la primera para “encontrarme” con él! 

Estuve allí. No estuve la primera. 

Mi gozo en un pozo. No quedaban invitaciones. Pero no contaban con mi astucia. Preguntando se llega a Roma… ¡y a Ralph Fiennes! A veces los últimos no somos los primeros, pero estamos en la fila 11. Ralph –o /reilf/- a unos metros. No importa, esa voz es reconocible a kilómetros y queda marcada en el subconsciente –desde ahora, queda adjudicada para narrar mis próximas publicidades autosubliminales-. Puntual como buen británico, sale al escenario del Teatro Alameda –aplausos, gritos, queremos un hijo tuyo, etc, etc-. Mi gozo, que había salido del pozo a saltitos de emoción, vuelve a tropezar. El encuentro con el público es en realidad con “la periodista”, de cuyo nombre -y presencia- no quiero acordarme. Seguro que Ralph tampoco. Cuando una “periodista” sabe más de ti que tú mismo, es mejor arrastrar la silla hacia el lado de la traductora. Y así fue. Todos le acompañamos en el sentimiento. Nadie acompañó a la “periodista” en su poca vergüenza. 

Ralph nos habló, y yo con eso me conformo. Desde que viera El príncipe de Egipto en versión original, mi personaje preferido es Ramsés “Fiennes”, y eso deja marca -más profunda que el Bósforo de Almasy de El paciente inglés-. Tanto que, disfrutando del tono de voz, se me escaparon algunas palabras. Aun así, sé que nos habló de los diferentes directores con los que ha trabajado –de la minusiocidad de Wes Anderson o la actitud colaborativa de Anthony Minghella (y no, no le cortó ningún texto)-. Nos habló de la dificultad de dirigir y actuar a la vez, y de la dificultad de no actuar cuando dirige. Nos habló de lo que le queda como aprender como director –tres películas aún no es suficiente: Corioliano, La mujer invisible y The White Crow-. Nos habló de este último trabajo. Nos habló de próximos proyectos como actor –precuela de Kingsman, Bond…-. Nos habló, que para mí ya es suficiente, y nos regaló su última película. Tan puntual como él mismo. 


THE WHITE CROW


Nunca me había interesado mucho por el ballet. Había escuchado el nombre de Nureyev pero no le había dado más importancia. Ahora quiero ir al ballet. The White Crow –sintiéndolo mucho por Ralph- no es una buena película. Pero el hecho de haber despertado algo, aunque solo sea una mínima curiosidad por el tema y el personaje, la hace menos mala. ¿Es buena? No ¿Es mala? No. Si algo la define es: desordenada. ¿Mala? No, desordenada. 

Un guion lleno de piezas sin encajar. Un montaje forzado a base de comparaciones entre arte y recuerdos. Personajes que no aportan, o a los que no les dejan aportar. Temas tratados de refilón. Temas que no se tratan. Música desperdiciada. Material desperdiciado. Pero no olvidemos que tras la cámara hay un gran actor. 

Detalles como la tensa secuencia del aeropuerto, el baile del pequeño Nureyev, el personaje de Ralph, que con pocas palabras y parco en movimientos te llega al alma; y el protagonista, físicamente imponente; valen oro en una película llena de “cosas no tan positivas”. Pero falta lo más importante: el amor por el baile. Fiennes confesaba no haber sentido nunca un interés especial por la danza -aunque el bailecito de Cegados por el sol no dice lo mismo-. Le impactó la historia, la personalidad arrebatadora y arrebatada del personaje, su pasión y esfuerzo; quería filmarlo de arriba abajo, sin dobles; quería ver a Nureyev. Lo consiguió en cierta forma. Porque si algo ama Ralph, es el arte. Las dos horas que estuve sentada frente a la pantalla, pasaron “bailando”, y esa curiosidad, esa chispita que me llevará el lunes a la biblioteca a buscar una biografía del bailarín, son suficientes para mí. Como lo fue la voz de Ralph. 




THE WHITE CROW (2018) 
Director: Ralph Fiennes 
Reparto: Oleg Ivenko, Ralph Fiennes, Louis Hofmann, Adèle Exarchopoulos, Sergei Polunin, Olivier Rabourdin, Raphaël Personnaz, Chulpan Khamatova, Zach Avery, Mar Sodupe, Calypso Valois, Aleksey Morozov, Nebojsa Dugalic, Igor Filipovic, Yves Heck, Jovo Maksic, Anastasiya Meskova 
Género: Drama, biopic 
Duración: 127 min

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