OZ,
UN MUNDO DE FANTASÍA (2012), SAM REIMI
Reparto: James Franco, Mila Kunis, Michelle
Williams, Rachel Weisz, Joey King, Zach Braff, Abigail Spencer, Bruce Campbell
Valoración: 4 sobre 5
ERASE
UNA VEZ…
…un mundo mágico, muy, pero que
muy mágico. Tan mágico, que llegaba a parecer de mentira. Todo en él era
grandioso, brillante y chillón. La naturaleza era abrumadora y frondosa. Los
animales y las criaturas más extravagantes pululaban a su libre albedrío, pues
eran tan brillantes y chillonas como la misma naturaleza en la que habitaban.
Parecía un lugar tremendamente divertido, y hasta cierto punto agradable,
dentro de los límites de la tridimensionalidad, hasta que fui descubierto por
una suerte de Gato con Botas femenino.
Al principio, sus grandes y expresivos
ojos me conmovieron, así que me dejé llevar por sus encantos, o quizás ella se
dejó seducir por los míos, que no son pocos…llegamos a un camino pavimentado
con baldosas amarillas que parecía no tener fin, ni tramo llano. Un sube y baja
continuo, lleno de baches, que no debía haberse arreglado en décadas, desde
1939 por lo menos. Tras varios kilómetros de caminata, durante los cuales se
nos unió un simpático mono con alas,
atisbamos a lo lejos nuestro destino, el palacio de Ciudad Esmeralda. Y cuál
fue mi sorpresa al comprobar que el supuesto palacio parecía más una fortaleza
futurista a lo Blade Runner, que un
majestuoso castillo de cuento de hadas. Eché un vistazo a mis compañeros y me
resigné. ¿Qué podía esperar de un mundo en el que todo parecía salirse de sus
órbitas y que estaba habitado por tan peculiares personajes? Sí, es cierto,
podía esperar algo más. De hecho, lo esperaba…pero como el extraño allí era yo,
no tenía más remedio que conformarme con lo que me ofrecían. Porque, por si no
os lo he dicho, resulta que yo era el heredero de todo aquel reino
fantasticuloso y espectaculiento. Yo, un simple mago de feria, cuyo único
mérito en la vida era ser el hombre más guapo del universo (porque no solo era
el hombre más apuesto del mundo, sino también de este universo paralelo).
Pensándolo bien, creo que me lo merecía. Por si acaso, guarde silencio y me
limité a seguir las instrucciones de mis nuevos paisanos y a disimular como
pude mi pequeño secreto. Para ello recurrí a mis dotes actorales, recordando la
época en la que fui poseído por James Dean, y parece que conseguí engañarlos a
todos.
En el palacio me esperaba la
hermana del “Gato con Botas”, la cual también pertenecía a la raza felina,
aunque no en el mismo sentido. Mientras que una era, en apariencia, adorable,
la otra era sibilina y astuta. Ella me enseñó todas las cosas que solo serían
mías si conseguía deshacerme de la Bruja Mala, que estaba aterrorizando a todo
el reino. Aquello me aterrorizó bastante, pero las riquezas que me prometía me
hicieron sentirme como el Tío Gilito, y no pude más que aceptar su propuesta.
Salí, pues, dispuesto a acabar
con el mal que acechaba a mi futuro pueblo. El mono con alas me acompañaba. Por
el camino se nos unió otra extraña criatura, una entrañable muñequita de
porcelana, cuyo poblado había sido arrasado por los esbirros de la malvada
bruja. Aquello era lo más parecido a una escena apocalíptica que había visto
nunca. De modo que, tras la insistencia de la, valga la redundancia, insistente
niñita, decidí dejar que nos acompañara, porque aquel lugar no era apto para
menores de 12 años.
De pronto, el camino se dividió
en dos. Ya había visto otras veces esta escena en las películas, por lo que no
dude un momento en cuanto al camino a seguir. Directamente tomé la senda que
continuaba iluminada. Pero como no, allí estaba el mono, creyéndose
protagonista de mi propia conciencia y recordándome mis responsabilidades. Así
que no tuve más remedio que tomar el
sendero oscuro.
Allí encontré una tercera bruja,
la cual, también era una linda gatita. Pero ésta, para mi sorpresa, era una de
esas gatitas mimosas y abrazables que se pasan el día ronroneando (no sé si las
brujas y los gatos tienen algún parentesco, pero en este mundo los términos se
confunden). En cualquier caso, no me disgustaba, aunque ninguna de las tres
parecía tener un talento especial más allá de sus capacidades brujeriles y su
encanto. Yo, al menos, era listo. Sí, podía ser un mentiroso, un cobarde, un
farsante y un mal mago, pero era listo y ambicioso y, por supuesto, por si no
os lo había dicho ya, muy guapo, realmente guapo.
A partir de aquí, mi historia
tomó otro cariz. Y como no me gusta fastidiar los finales a nadie, os voy
a dejar con la intriga hasta que vayáis
al cine. Quizás os decepcione, o quizás no. Todo depende de vuestra imaginación
y de vuestra capacidad para sacar el niño que lleváis dentro. Yo, como mago que
soy, os prometo devolveros el dinero si no quedáis satisfechos. Sé que no
perderé mucho, porque estoy seguro de que aunque solo sea por pasar dos horas
con una galán de cine como yo, en el caso femenino, o con las tres brujigatas,
en mi caso y en el de otros muchos, quedareis más que servidos.
Estos son los momentos en los
que recuerdo mi antigua vida; una vida itinerante y en blanco y negro, pero no
por ello menos divertida. Aun recuerdo mis peripecias para escapar de los
fortachones del circo, o para esquivar los tomates del público. Y, por
supuesto, a las bellas damiselas que invaden el mundo del espectáculo. Pero ese
mundo gris cambió cuando me di cuenta de que dentro de mí había algo más que un
mister universo. Dicen que como en casa en ningún sitio, pero creo que valió la
pena el movido y mareante viaje que me trajo a mi nuevo mundo, donde el color
se adueño de mi alma y cambió mi vida.
Y colorín, colorado, este cuento
aún no se ha acabado, porque os espero en el cine. Os prometo que, como yo, seréis felices y
comeréis perdices cibernéticas.
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